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Episodios de defensa y seguridad

Episodios  de  defensa y seguridad

La diplomacia ha sido considerada esencialmente el arte de conducir las relaciones entre los Estados y con el Derecho Internacional ha logrado negociaciones, en función de sus políticas exteriores.

El reconocimiento como ciencia, porque la diplomacia tiene el fondo, las relaciones jurídicas y políticas de los diversos Estados; de sus intereses respectivos, de sus tradiciones históricas, y de las estipulaciones contenidas en los tratados, y arte, porque tiene por objetivo la gestión de los asuntos internacionales, y para seguir con conocimientos, actitudes de causas de las acciones políticas y seguridad nacional.

Mi énfasis en la diplomacia como instrumentación de defensa y seguridad, tienen por base la ética, el eslabón con justeza que valida el modelo pacífico de la convivencia ciudadana con la política desarrollista de una nación soberana.

Ante la irrecusable prueba de acumulación de los conflictos en el mundo, es en efecto como anota Armando Pesantes García, en su obra las Relaciones internacionales: “Al faltar medios diplomáticos se producen las rupturas de relaciones y las conflagraciones bélicas, que son por definiciones la diplomacia solucionadora.”

La defensa y seguridad en la explanada diplomática tienen la responsabilidad del convivir internacional e inscribir sus actuaciones en los principios del derecho internacional público, por ello, la diplomacia es el caudal de la validez del derecho que está situada a las relaciones humanas de la sociedad globalizada.

Los episodios diplomáticos requieren profesionalidad y cultura integral, que se funden en la jurisdiccionalidad formal, de los conocimientos especializados en el contexto internacional; proyección de un orden universal, regional de equidad y solidaridad entre los pueblos de nuestra América.

Los conceptos estratégicos que ingreso en la diplomacia, defensa y la seguridad aseguran políticas especiales para garantizar la libertad, la económica y desarrollo para augurar prosperidad futurista en Hispanoamérica.

Estos valores de liberalidades son justos y prudentes para toda persona, en cualquier sociedad y el deber de proteger la vocación común para ser garante de la paz y la libertad de consciencia.

Colijo, que la diplomacia en conjugación con la defensa y seguridad hace viable el ejercicio de la política exterior del país. La diplomacia va inteligenciando actores que representan la autodeterminación de los pueblos, con base a la democracia, la voluntad soberana del país y vigilante a su libre acción social.

J. Martin Rochester, precisa que las condiciones económicas y sociales actúan con rol en las vinculaciones de los pueblos. Las grandes fuerzas históricas son los sentimientos, las pasiones colectivas. El temperamento, las tradiciones, la manera de pensar, cuyos orígenes resultan válidos para una vida en sociedad.

Este antecedente aduce a resolver situaciones incongruentes, sin romper el determinismo histórico de la diplomacia de coadyuvar informaciones experimentadas de seguridad y defensa plena.

En el concierto de la diplomacia se apertura la defensa y seguridad para animar el sentimiento de honor Patrio. Así como establecer armonía con los objetivos de una política nacional y seguir la cualificación militar nacional.

Acuñamos la consagración de la investigación científica de Pierre Renouvin en la Historia de las relaciones internacionales, la cual tiene trascendental finalidad, como ciencia de observar, dilucidar y analizar, además de interpretar y predecir los procesos de las relaciones entre los Estados del sistema mundial como un todo con el propósito de que los creadores de decisiones de los Estados y otros actores internacionales puedan estar en condiciones de determinar aquellos políticos que adhieran propósitos e intereses nacionales o internacionales.

Javier Felipe Ricardo Pérez De Cuéllar, exsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su Manual de derecho diplomático, nos dice: “…se ha convertido en una disciplina indispensable de los estudios diplomáticos oficiales para asumir responsabilidades de naturaleza formativa en este ámbito, cuya eficacia depende ineludiblemente de la vocación de servicio. Para así, tener un acento inteligente, cuidadoso y oportuno, donde los jefes de Estados y de gobiernos posean clara sensibilidad humanizamente para todos”.

El autor es analista social y geopolitólogo.

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