Opinión

Este año será peor

Este año será peor

No es cuestión de pesimismo, es que no hay razones, conforme a la realidad económica, social y política dominicana, para caer en ilusiones, al menos que se inscriban en los habituales deseos expresados por la gente con motivo de las navidades y año nuevo, deseos que son protocolares y en muchos casos no son sinceros.

Los niveles de violencia y criminalidad son crecientes y las autoridades rayan en el fracaso extremo en las medidas implementadas y no disponen de resultados de estudios de la problemática que sugiera ensayar métodos diferentes. ¿Qué piensa hacer el gobierno con una delincuencia que tiene a la gente en estado de desesperación?

El presidente no muestra preocupación al respecto, sus pretensiones continuistas centran su atención.

Al gobierno tampoco le preocupa en lo absoluto el aumento de los feminicidios, pues cuando hay interés en enfrentar un problema se identifican causas, se asigna un presupuesto especial, se crea la logística y se designan especialistas en la materia en todo el país, con el fin de reducir a su mínima expresión el mal, pero el presupuesto que recibió un jugoso aumento fue el del Despacho de la Primera Dama.

No se vislumbra ninguna perspectiva para el ejército de jóvenes desempleados, muchos de los cuales tienen estudios universitarios y hasta de post grados, pues en la nómina pública y en las nominillas (en las últimas cobrando sin prestar ningún servicio) sólo tienen cabida los allegados al partido oficialista, que son los que garantizan una abultada votación en los procesos electorales.

En lo que respecta a la corrupción pública y la impunidad no habrá novedad, continuará el festival de escándalos sin sanción judicial, máxime en un año crucial para el control del partido y la candidatura presidencial, que cualquier desatino podría afectar fines políticos. Apenas empieza el año cuando se destapa un escándalo judicial, con los famosos permisos a narcotraficantes y criminales que pasaron unas felices pascuas en sus residencias. Ese caso no pasará de ser un teatro.

Todo indica que la institucionalidad democrática seguirá su deterioro. Si se aprueba la Ley de Partidos, con primarias abiertas, desde ese momento todas las entidades políticas dominicanas serían controladas por el PLD. Para tales fines cuenta con el presupuesto de la nación y los “árbitros electorales”. Decir que el año 2018 sería bueno para los dominicanos es caer en un simple deseo carente de fundamento.

El Nacional

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