¿Qué Pasa?

Festín de zombis en World War Z

Festín de zombis en World War Z

¿Otra película sobre Zombis? Se preguntarán algunos, sin siquiera sospechar que si todo resulta como ha sido planeado por los productores del film, esta no será la última, y muy probablemente nos encontramos en el umbral de una nueva franquicia.

Ahora bien, lo que importa saber en definitiva es simple: ¿Vale el film la pena? Comercialmente ‘World War Z’ es un éxito indiscutible para su director Marc Forster y su actor estrella Brad Pitt, aunque la película es genérica, abundan en ella las incongruencias y concluye de forma abrupta e insípida con el obligado ‘final abierto’ para futuras nuevas incursiones.

Pitt interpreta a Gerry Lane, un ex militar investigador que trabajó al servicio de las Naciones Unidas, y ahora vive en Philadelphia en una especie de retiro voluntario. Mientras conduce por la ciudad camino a la escuela de sus dos hijas y el trabajo de su esposa, se desata el pandemonio cuando una horda de zombis siembra el terror a su alrededor, y la gente corre despavorido sin saber lo que está sucediendo ni donde refugiarse.

Lane y su familia consiguen ser transportados en helicóptero hacia un portaviones en alta mar, y allí recuperan la compostura, pero sus problemas no han terminado: si quiere que su familia permanezca bajo la protección que ofrece el barco, debe encabezar un equipo de rastreo y búsqueda, por diferentes partes del mundo, del paciente cero que propagó el virus que convierte a las personas en zombis cuando son mordidas por alguien ya infectado.

No puede negarse que ‘World War Z’ cuenta con impresionantes secuencias –el ataque inicial en las calles de Philadelphia o el accidente aéreo– mientras  otras generan suficiente tensión y suspenso –la secuencia en el laboratorio– como para satisfacer sin dificultad al espectador medio.

Sin embargo, el tecnicismo de otras es tan evidente –la torre de zombis en Israel– que esto le resta efectividad e impacto. El guion por otro lado es no solo reiterativo y convencional, aunque aquí los zombis se mueven a la velocidad del rayo, sino sobre todo fragmentado y episódico.

Brad Pitt cumple con su rol de ‘héroe a mi pesar’ con una mezcla de suficiencia y desgano, y los demás actores apenas pueden sacar adelante sus acartonados personajes. La verdadera estrella de la película son los efectos especiales, y aquí hay bastantes para complacer a una audiencia PG-13.

El Nacional

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