MOCA. La Procuraduría Fiscal de Espaillat destruyó ayer con una pala mecánica 15 máquinas tragamonedas y 22 hookahs, incautadas en centros de diversión y colmadones.
La acción busca llamar a la atención a los propietarios de establecimientos comerciales que operan máquinas tragamonedas de manera ilegal, así como sobre la prohibición del uso de la hookahs en lugares públicos, expresó el magistrado procurador fiscal de Espaillat, José Aníbal Carela.
Dijo que la fiscalía de Espaillat tiene programado la demolición, persecución e incautación de todas las hookahs que pueda haber en el municipio y la provincia.
Manifestó que las máquinas tragamonedas se tragan los recursos de padres de familias, de adolescentes y niños, y que en muchos de los casos operan en colmados y bares de manera ilegal.
“Muchos padres de familia el dinero de la cena y de la comida van y lo juegan, creando un desequilibrio en el hogar, hay niños que también roban el dinero a los padres para jugar en estos instrumentos que crean un hábito perjudicial para la sociedad”, deploró.
