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FUTBOL SOLO FUTBOL

FUTBOL SOLO FUTBOL

Lo del Real Madrid es verdaderamente alarmante.

El equipo más exitoso del fútbol español y por ende el más representativo de toda España, ha perdido su señorío y las buenas costumbres.

 La gloria de las 32 ligas ganadas, 18 Copas del Rey, 9 Copas de Europa, 3 Copas Intercontinentales, 1 Supercopa de Europa, 2 Copas de la UEFA y 9 Supercopas de España ha sido empañada por el comportamiento inadecuado de quien es su entrenador desde hace tres años.

El causante de la *crisis blanca*, no es más que el conflictivo José Mourinho quien,  afortunadamente, abandonará su cargo el próximo mes.

La incongruencia  se fundamenta en que, en los últimos diez años, el Real Madrid ha confiado más en los entrenadores foráneos que en los  españoles.

Recordamos que el bueno de Don Vicente Del Bosque dirigió al equipo blanco desde el año 1999 hasta el 2003 y, durante ese período, ganó  seis títulos. Incomprensiblemente, dos días después de haber ganado la liga número 29, fue cesado.

La decisión -según el propio Florentino Pérez- obedeció a la necesidad de  abandonar lo tradicional y apostar por la modernidad. El Real Madrid quería ser un equipo más “moderno y tecnificado”.

Así fue como llegó el portugués Carlos Queiroz quien, en los 273 días que dirigió al equipo blanco, sólo ganó una Supercopa de España.

La falta de autoridad del portugués provocó su despido y la inmediata  contratación del autoritario José Antonio Camacho, quien en desacuerdo con la política institucional,  sólo duró cuatro meses al frente del equipo. A él le sucedió el insípido de Mariano García Remón, quien estuvo al frente del equipo por 120 días.

La llegada del mediático y exótico brasileño Vardeley Luxemburgo  despertó enormes expectativas pero, al cabo de un año (2005) hizo sus maletas  y regresó a Brasil sin pena ni gloria.

Juan Ramón López Caro actuó como “pitcher emergente” durante 5 meses y, luego desembarcó el autoritario Fabio Capello, quien,  tras una temporada exitosa, dejó su cargo  al alemán Bernd Schuster, y éste sólo duró una temporada.

Otro español, Juan de Ramos, apareció para calmar los ánimos y, posteriormente, por recomendación de Jorge Valdano, el chileno Manuel Pellegrini se hizo cargo del plantel pero, al no ganar nada, dejó su lugar  a José Mourinho.

El capacitado, pero conflictivo entrenador portugués llegó al Madrid previo pago de  10 millones de euros al Inter de Milán  recibiendo un  salario de  12 millones de euros por temporada, más los costes de todo su equipo de colaboradores.

Durante el tiempo que Mourinho dirigió al equipo blanco, incorporó a  15 nuevos jugadores que le costaron al club más de 170 millones de euros. El técnico portugués dirigió al equipo en 176 partidos y registró 127 victorias, 27 empates y 22 derrotas.

Su etapa al frente del club representó gastos superiores a los 220 millones de euros y sólo conquistó: una Copa del Rey, una Liga y una devaluada Supercopa de España.

Si a esta reveladora radiografía numérica le agregamos los innumerables altercados que produjo Mourinho y/o sus colaboradores con los árbitros, entrenadores y jugadores, tanto rivales como de su propio equipo, llegamos a la conclusión de que a Mourinho el Real Madrid le quedó muy grande.

Definitivamente, el Real Madrid, una institución con tanta gloria, no puede permitirse ni aspirar a ganar a cualquier precio. La deportividad, el respeto, el señorío y el buen comportamiento son valores que todo club debe  preservar por sobre todas las cosas.

El Nacional

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