¡CHI-CHI LE-LE: Viva Chile¡
Por lo general, las segundas partes nunca han sido buenas pero, en esta ocasión, a la selección de Chile le funciono de maravillas.
Al igual que hace un año, el pasado domingo la selección de Chile eliminó a su similar de Argentina y se consagró Campeón de la Copa América Centenario.
En una final intensa, no apta para cardíacos y con sólo chispazos de buen fútbol, el ánimo y espíritu de la selección chilena pudo más que las sutilezas técnicas individuales de una selección argentina que llegó a jugar más de veinte minutos con superioridad numérica.
Noventa minutos no fueron suficientes para determinar el ganador, la final tampoco se definió en los treinta de prolongación y entonces se recurrió al lanzamiento de penales. En esa instancia -otra vez- Chile fue mucho más certero que Argentina y ganó el certamen y el derecho al merecido festejo.
El 4 de julio del año pasado, en el estadio Nacional de Santiago de Chile, Gonzalo Higuaín y Ever Banega fallaron sus lanzamientos de penal y el domingo, en el majestuoso MetLife Stadium, ante 82.000 espectadores, Messi y un descolorido Lucas Biglia los emularon.
En esta sensacional y única Copa América Centenario, Chile fue de menos a más. Debutó perdiendo ante Argentina pero, de ahí en adelante comenzó a sumar victorias importantes y, ante México brindó un histórico recital de fútbol ofensivo y eficaz.
Esta selección de Chile no es brillante pero si intensa, seria y entregada. Por momentos, tuvimos la impresión que el espíritu indomable de los ‘Mineros’ inspiraba a los futbolistas chilenos que lucieron más atléticos y decididos.
Bien por el nuevo campeón y una verdadera lástima por la generación de magníficos futbolistas argentinos encabezados por Messi que, siguen sin ganar títulos con su selección nacional.
Para Chile, la gloria; el reconocimiento de la prensa mundial; el fabuloso trofeo y seis millones de dólares. Para Argentina 3.5 millones de dólares y la sombra del abandono de sus principales figuras de la selección nacional.
El fútbol es así. Brinda, alegrías extraordinarias, así como profundas tristezas pero, nunca para.
Testimonio de lo que decimos son los resultados que se han registrado en la Eurocopa.
Italia, la que no gusta pero gana, la que no tiene toque ni vistosidad pero gana, venció a España por dos goles a cero y, los campeones de las últimas dos ediciones de las Eurocopa quedaron eliminados.
Ahora vendrá la eterna polémica: Hay que cambiar al entrenador..? Hay que renovar la selección..?
Los clásicos cuestionamientos que siguen a una derrota (léase eliminación inesperada).
¿Este resultado fue una sorpresa? Puede ser pero, el fútbol no se nutre del pasado, es el presente. En esta oportunidad, el realismo y pragmatismo italiano pudo más que el tiqui-taca español.
Lo que si podemos calificar como rotunda sorpresa, es la victoria de Islandia ante Inglaterra.
La selección representativa de la fría y volcánica isla de Islandia, que tiene una población inferior a los 320.000 habitantes, venció 2-1 a Inglaterra, eliminándola de la Eurocopa Francia 2016.
Extraño y asombroso resultó el triunfo de Islandia ante Inglaterra que había sido la única de las 53 selecciones europeas que había ganado todos sus partidos clasificatorios para la Euro y porque cuenta con jugadores que son ‘súper estrellas’ en la Premier League.
Una vez más el fútbol demuestra que es cosa de ‘hombres’ y no de ‘nombres’.
