¿Y donde está el piloto…?

Hace treinta y seis años (en 1980), los hermanos David y Jerry Zucker dirigieron la simpática comedia-sátiratitulada ¿Y donde está el Piloto..? Esa producción hizo reír a miles de amantes del cine y la película está considerada como una de las diez más cómicas en la historia del cine mundial.

Hoy, nosotros transformamos el título de esa producción cinematográfica para preguntar, en voz alta y a todo el país: ¿Y dónde está el público de nuestro querida Liga Dominicana de Fútbol Profesional..?

¿Que se han hecho los miles de fanáticos que el año pasado asistieron con entusiasmo a los estadios a presenciar los partidos de la Liga Dominica de Fútbol Profesional..?

Dado que importantes actores del fútbol nacional (entrenadores, dirigentes y comunicadores) preocupados por esta realidad han expresado públicamente su sentir, Fútbol Sólo Fútbol -versión escrita- no puede ni debe abstenerse de abordar con responsabilidad este espinoso tema del cual, en cierta forma, somos juez y parte.

Decimos que somos *Juez* porque, como comunicadores, tenemos la obligación moral de analizar y comentar algo tan importante para el fútbol criollo y decimos que somos *Parte* porque, como presidente de uno de los diez equipos profesionales que actúan en la Liga, de alguna manera -por acción u omisión- somos responsables de la situación creada.

Consideramos que múltiples factores han incidido para que el público haya dejado de asistir a los estadios en la misma cantidad que lo hizo el año pasado.

Por una parte, el éxito experimentado en la primera edición de la Liga Banco Popular creó altas expectativas que no han podido cumplirse porque -prematuramente- nos hemos dormido en los laureles y -entendemos- que hasta nos aburguesamos.

La poca y casi nula promoción del evento a nivel de la opinión pública general es una de las principales razones por la cual el público no asiste a los partidos. Solo los más fieles seguidores del fútbol conocen, mediante las redes sociales de los clubes y/o Liga, acerca de lo que acontece en la LDF.

Dentro de este panorama poco alentador, destacamos la influencia positiva que ejerce en los seguidores de la Liga el blog Balompié Dominicano, el cual es fenomenal. Todos los que quieren estar actualizados del acontecer de la Liga Banco Popular, lo consultan.

Las vallas promocionales anunciando la realización de la Liga, brillan por su ausencia, en la ciudad capital y en el interior.
Si bien es cierto que los más interesados en que el público asista a los estadios, somos los dirigentes de los clubes profesionales, no es menos cierto que el ente rector, es decir la Dirección de la Liga, tiene la responsabilidad de velar (léase invertir) para que eso ocurra.

Para que el *producto fútbol* cale profundamente en la sociedad dominicana y los patrocinadores entiendan que vale la pena invertir en nuestro deporte, no basta con una buena temporada, hay que continuar trabajando arduamente, hay que tener presencia constante en los medios, hay que hacer sentir (leer) la palabra fútbol de manera insistente en todos los medios posibles.

Nuestro fútbol compite con deportes tradicionales muy arraigados como lo son el béisbol, el baloncesto y el voleibol, además de enfrentar la atractiva oferta de los canales de cable que transmiten las principales liga del mundo. Ya el país conoció -en parte- la capacidad de convocatoria que tiene el fútbol nacional pero, a ese potencial hay que continuar desarrollándolo.

La mayoría de los equipos de la Liga Profesional han realizado cuantiosas inversiones contratando buenos jugadores foráneos y cotizados entrenadores. Los estadios han sido mejorados y los servicios que en los mismos se ofrecen son más que aceptables.
Hay que tener presente que, ninguna actividad comercial lícita, permite recuperar la inversión realizada en menos de tres años y, nuestra Liga no ha cumplido dos años, es decir que todavía tenemos que seguir invirtiendo tanto recursos económicos como humanos.

No se trata de buscar culpables, pero si de recapacitar e iniciar acciones para corregir esta situación que a nadie favorece.
No se trata de ser alarmistas, si realistas.

Llevamos treinta años creando afición por el fútbol en el país y ahora es cuando más tenemos que trabajar.