El gran clásico del fútbol español que se disputó el pasado sábado, demostró -una vez más- cuan atractivo es el fútbol como espectáculo deportivo.
En directo lo vieron 182 países y el 10% de la población mundial siguió parte del intenso partido en el que, el valor de los futbolistas que iniciaron el juego superó los mil millones de euros
Único, extraordinario, un indiscutible fenómeno social que a, nadie deja indiferente.
Consecuentes y coherentes con la labor de crear afición por el fútbol en el país que iniciamos hace más de treinta años, hoy nos permitimos cuestionar públicamente lo que en su momento expresó un intelectual del calibre del argentino Jorge Luis Borges (1899-1986).
Estimo que, si este cuestionamiento lo firmara un profesional del periodismo o un intelectual reconocido, sería tolerado, pero, viniendo de un patagónico irreverente y autodidacta como somos, luce irrespetuoso y demuestra cuan torpe y arriesgada es nuestra naturaleza.
Criticar o, no aceptar, un criterio externado por otra persona -cualquiera que esta sea- es un derecho incuestionable que nos permite la democracia, por lo tanto, nos aferramos al mismo y pasamos a los hechos.
En efecto, con total y absoluta firmeza rechazamos lo que, en su momento, expresó Borges acerca del fútbol. Cito: “El fútbol es popular porque la estupidez, es popular…”.
Es probable que la animadversión de Borges hacia el fútbol se basara en su ceguera pero, hay quienes afirman que él estuvo influenciado por el escritor nacido en la India Rudyard Kipling (1865-1936), autor del Libro de la Selva, que en 1880 dijo sobre el fútbol, lo siguiente:
“Son almas pequeñas que pueden ser saciadas por los idiotas embarrados que lo juegan”.
Es obvio que, ni Borges ni Kipling son mis autores favoritos, aunque los lea.
Para nosotros, el fútbol es mucho más que un deporte, es una verdadera Escuela de Vida.
Por lo tanto, preferimos enriquecer nuestro intelecto leyendo a escritores como el francés Albert Camus, premio Nobel de Literatura. Este “Pie Noir” dijo que, “Todo lo que el más sabía sobre la naturaleza y el comportamiento de los seres humanos lo había aprendido en una cancha de fútbol”.
Por otra parte, el filósofo italiano Antonio Gransci, uno de los fundadores del Partido Comunista en su país, afirmó que el fútbol “era el reino de la lealtad humana ejercida al aire libre”.
En tanto que para el joven escritor argentino Eduardo Sacheri, el fútbol es una fuente inagotable de experiencias y conocimientos que se pueden aplicar a toda tu vida.
Con la intención de reforzar el concepto de Escuela de Vida recurrimos a la experiencia vivida por la teóloga alemana Dorothee Solle. ¿A ella le preguntaron cómo le explicaría a un niño lo que es la felicidad…? Sin inmutarse y con mucha seguridad, Dorothee respondió: No se lo explicaría con palabras, le daría un balón de fútbol para que juegue y experimente lo que es la felicidad…
Definitivamente, Jean Paul Sartre fue muy sabio cuando sentenció que “El fútbol es una metáfora de vida”.
Con el ferviente deseo de que el próximo año nos permita a todos cristalizar nuestros sueños y vivir en paz y armonía junto a nuestros seres queridos, agradezco a nuestros lectores el tiempo que nos dedican cada semana.
