No es todos los días que un escritor pone en circulación tres libros a la vez. No sabemos si eso constituye un lugar en el Récord de Guinnes, pero sí sabemos que lo es en la República Dominicana.
Cándido Gerón, Premio Nacional de Poesía en 1989, lanzó recientemente al mercado casi al mismo tiempo los títulos Los horizontes del deseo, ¿Fue Sacha Volman un agente de la CIA? y Hatuey Decamps Jiménez Su legado político.
Pero Gerón no se limita a encasillarse como escritor y poeta, sino que también es periodista, historiador del arte y diplomático, facetas que ha cumplido a la perfección, a pesar de su diversidad.
En su calidad de periodista, Gerón se ha destacado como articulista, publicando profundos estudios sinópticos de obras de grandes autores y análisis conceptuales sobre la crítica, el arte y la literatura, y ha realizado interesantes comentarios sobre la pintura nuestra con el objetivo de promoverla y difundirla en las ocho ediciones de su Enciclopedia de las Artes Visuales Dominicanas, tanto en su edición en inglés como en la de idioma español.
Con esos antecedentes era lógico que lo nombraran, entre muchos otros puestos, director de la Biblioteca Nacional, embajador en Francia, en México y ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco).
La lista de las decenas de obras que ha publicado Gerón a través de su vida es bastante larga, pero en esta columna podemos destacar títulos como Asombro de los tiempos, Huella del dolor, Canto a Orlando Martínez, Canto infinito a Salvador Allende, Canto triste a una niña que nunca conocí, Por los caminos de América, Los horizontes del deseo, París ya no es lo mismo, El amor es una derrota en blanco, Tránsito literario, Ortega y Gasset hizo de su vida la más plena de sus creaciones, Morgan y Diario de Maura Azar y La historia de Laura Aguirre con estos pasan de 40 las obras publicadas por este egregio y paradigmático poeta.
Con esos méritos, el comunicador que comenzó su carrera en Villa Altagracia sin duda que tiene reservado un lugar muy especial dentro de la cultura dominicana, donde prácticamente no tiene parangón.
