Vianco Martínez, campeón de la perseverancia
No tiene poder ni tiene dinero. No tiene más propiedades que un sol que brilla en la montaña y un camino que no se cansa de recorrer. Sólo tiene la razón y un millón de amigos en cada esquina, y con esos simples recursos, Vianco Martínez logró el martes pasado que los espalderos que lo agredieron fueran a darle la cara a un fiscal, después de cinco citaciones fallidas.
Vianco se ha ganado el premio a la perseverancia con la lucha que ha librado. Ya sabemos que hace tiempo se ganó, con su trayectoria personal y profesional, el premio a la decencia.
Vianco se está batiendo contra la ignorancia con un batallón de amigos y de amigas detrás que no están dispuestos que no estamos dispuestos ni dispuestas- a permitir que esto que se hizo en su contra en el Teatro Nacional quede impune.
Pónganle atención a sus palabras porque cada vez que habla lo hace sin miedo y nos da una lección moral.
Si alguien necesitaba encontrarse con una persona que pusiera en su puesto a los portadores de la violencia y que diera una alerta frente a este avasallador deterioro moral y falta de dignidad que nos está corroyendo, en Vianco ya lo encontró.
Sin aspavientos, sin sobresaltos, sólo a fuerzas de ideas, de palabras y de razones, y sobre todo, de convicciones, Vianco Martínez tiene en un paredón moral hace casi cuatro meses a Rafael Emilio Vargas y Josué Vargas, los espalderos del empresario Saymon Diaz que lo agredieron.
Hace pocos días vi a Vianco y me dijo que quería terminar pronto con esta lucha para irse a su lugar, a los pueblos de la cordillera donde, sin proponérselo, se ha vuelto una presencia, a seguir luchando por sus escuelas y por sus clínicas rurales y para terminar un puente por el que está luchando junto a unas monjas de Padre Las Casas y unas comunidades montañosas.
Señor Fiscal, doctor Alejandro Moscoso Segarra, agilice el proceso de Vianco, que aun está inexplicablemente en su jurisdicción, para que Vianco pueda volver a la montaña donde, usted puede ver, tienes muchas cosas que hacer.
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