Opinión

Gobierno alterno

Gobierno alterno

Si el Partido de la Liberación Dominicana no estuviera en el poder el expediente de Odebrecht estaría muy avanzado en la justicia. Si el presidente de la República no fuera Danilo Medina, cuyo asesor de campaña electoral, Joao Santana, está preso en Brasil por corrupción, el caso Odebrecht marcharía a toda velocidad en los tribunales, con sus consecuencias penales.
Si el PLD estuviera en la oposición hace tiempo que los senadores que aceptaron 3.5 millones de dólares en sobornos para la compra de los aviones Súper Tucano probablemente estarían en la cárcel.

Si el procurador general de la República no fuera un subalterno del presidente, otro gallo cantaría en el Centro de los Héroes y el pánico estaría rondando como un fantasma por los pasillos del Palacio Nacional.

Si el partido de gobierno fuera otro, no el PLD, los que recibieron más de 92 millones de dólares en soborno de parte de Odebrecht, ya habrían sido sometidos a la justicia. ¡Hace tiempo que supiéramos sus nombres!
Pero es el mismo partido que gobierna el país desde hace muchos años. (Los bomberos no se pisan la manguera entre sí).
En Perú, Panamá, Ecuador y Brasil, entre otros países, los expedientes han caminando velozmente porque los partidos que fueron opositores hoy son los que gobiernan. (Correa no se puede reelegir).

Cuando un partido se mantiene inalterable en el poder durante muchos años la Constitución se convierte en “un pedazo de papel” al servicio de los corruptos que no pagan consecuencia alguna por sus hechos.

Cuando un partido controla los poderes del Estado, el peligro de una dictadura es inminente, precisamente porque no hay contrapeso, lo cual va en detrimento de la libertad, la justicia y el bienestar colectivo.

Los casos de corrupción que se han producido en los últimos años no han sido castigados porque es el mismo partido que gobierna. No hay temor. Los compañeros del PLD se protegen unos y otros. Se conocen bien, saben lo que tienen, conocen sus esposas, sus hijos, sus amantes. Las diferencias políticas no son antagónicas. Saben que es mejor y más saludable estar arriba con presión que abajo (en la cárcel) con depresión.

En el 2000 el PLD perdió las elecciones y asumió el mando el PRD. Muchos fueron sometidos a la justicia por corrupción, y algunos terminaron en la cárcel, aunque luego los expedientes se desvanecieron, primero por falta de voluntad política y segundo por la debilidad del sistema de justicia, lo que permitió que el PLD volviera al gobierno en el 2004 con el mismo presidente y los mismos funcionarios que antes estuvieron en la cárcel o sometidos a la justicia.

Cuando el PLD volvió al poder en el 2004 sus líderes juraron no abandonar el poder jamás para no pasar por la amarga experiencia de verse sentados en el banquillo de los acusados o en la cárcel de Najayo.

El Nacional

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