Opinión

Gobierno y cambio climático

Gobierno y cambio climático

Resulta paradójico que estando nuestro país entre las naciones más vulnerables al cambio climático, nos aboquemos a la construcción de una planta productora de energía mediante la quema de carbón, cuyas emisiones de CO2 son la principal causa del efecto invernadero y calentamiento global.

El derretimiento acelerado de los polos, el aumento de la marea y todos estos fenómenos que de manera tan frecuente e inusitada están ocurriendo: huracanes, terremotos, volcanes, tsunamis, etc. No son otra cosa que el llamado de nuestro planeta para que los humanos tomemos medidas urgentes para revertir la situación.

Representantes de 195 países (excepto USA) reunidos en París a finales del 2015, se sumaron a un pacto global para reducir las emisiones de CO2. Nuestro país que también firmó, hoy se prepara para violarlo, con la construcción de Punta Catalina, que además de los riesgos para la salud, aumentará la producción de CO2 en un 40 por ciento.

Aunque el flamante director de Punta Catalina nos diga que se usarán los mismos estándares de calidad que se aplican en otros países desarrollados, no nos exime del riesgo, puesto que actualmente no hay ninguna tecnología que permita eliminar estos residuos. Por esta razón muchos países están desmontando estas plantas.

La construcción de plantas de carbón no estaba contemplada en ninguno de los planes de expansión. La presidenta Rousseff anunció en noviembre del 2012 que Brasil nos apoyaría en buscar alternativas de energía limpia. Casualmente, Lula subvencionado por Odebrecht vino y dijo que cuatro años de gobierno no eran suficientes.

En una posterior visita a Brasil, Danilo nos trajo y nos impuso este proyecto caro, contaminante y objeto de múltiples controversias, sobre el cual los organismos gubernamentales responsables de la salud, entiéndase Ministerio de Salud y Medio Ambiente nunca se han pronunciado.

Para detener este ultraje, hoy solo nos queda seguir marchando o entregarnos a la Virgencita de las Mercedes (en desacuerdo con los evangélicos) para que nos ilumine y que así como cambió la dirección de las flechas en el cerro, intervenga para cambiar las plantas de carbón a gas natural que es mucho menos contaminante.

El Nacional

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