Opinión

Grandes de la Historia

Grandes de la Historia

Uno de los temas que más nos apasiona es estudiar las biografías de los grandes personajes de la historia, que con su paso por la existencia nos han legado hazañas inmortalizando sus nombres. Hoy tratamos de Napoleón Bonaparte, hombre de impresionantes acciones y pensamientos, conquistador y estratega de la historia, en lo jurídico con sus códigos Napoleónicos, promotor de las ciencias, y proclamado en emperador de Francia desde 1805 hasta 1814.

Sus frases cargadas de sabiduría reflejan la profundidad de sus ideas que pueden ser fuente de sabiduría para los amantes de la historia y sus personajes. Napoleón dijo que el corazón de un gobernante debía estar en su cabeza y que solo había dos fuerzas, la espada y el espíritu, pero la espada era conquistada por el espíritu.

Sobre que el coraje, dijo que no era tener la fuerza para seguir adelante, sino seguir adelante cuando no tenías la fuerza, porque la victoria pertenecía al más perseverante. Decía que los líderes debían distribuir esperanzas y que la habilidad no era nada sin la oportunidad, y que no había metas que no se pudieran alcanzar.

Que la determinación era la verdadera sabiduría y lo imposible era el fantasma de los tímidos y los cobardes. Decía que la muerte no era nada, pero vivir derrotado y sin gloria era morir a diario. Manifestaba que la historia estaba escrita por los ganadores, y que él era un zorro y un león, pero su secreto radicaba en saber cuándo ser uno u otro.

Señalaba que todo individuo actúa por honor, por dinero o por amor. Confesó que su grandeza no fue no haber caído nunca, sino en haberse siempre levantado. Que el mundo sufría no por la violencia de los malos sino por el silencio de los buenos y que la mejor manera de mantener la palabra era no darla. Sobre la honestidad decía, que era la mejor garantía de mantenerse pobre.

En cuanto al carácter decía que cuando este era verdadero, siempre afloraba en las grandes circunstancias, que la gloria era efímera, y que las únicas victorias que no dejaban arrepentimiento eran las que eran sobre la ignorancia. Identificó que en un sistema político las palabras no deben contradecirse con los hechos, y que la riqueza y el esplendor, no proporcionan la felicidad, sino la tranquilidad y el trabajo.

Decía que el que sabía halagar también sabia calumniar y que el hombre superior le da igual que le elogien o censuren. Que la envidia es inferioridad, y que solo conocerás a tus amigos cuando caigas en desgracia. Sabias reflexiones para meditar en el difícil arte de gobernar, en tiempos de efervescencia política, donde la razón puede desbordar pasiones que arriesguen el bienestar mismo de nuestra democracia y nuestra economía. Recordando, que los gobernantes deben tener el corazón en la cabeza, como decía nuestro personaje del día.

El Nacional

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