Opinión

Hacia el 2020

Hacia el 2020

Orlando Gómez Torres

A casi tres años de las próximas elecciones, las mismas caras de siempre empiezan a perfilarse como posibles candidatos a la presidencia por parte de los principales partidos. El año 2020 va a recibir a todos los partidos políticos severamente cuestionados y a todo el sistema político dominicano desacreditado. Para su propia supervivencia los partidos deberían considerar poner fin a un ciclo que para las próximas elecciones llegará a 26 años.

En la actualidad el país está viviendo a través de un vacío de liderazgo político. Los espacios que comúnmente deben ser ocupados por los partidos de oposición están siendo asumidos por la sociedad civil y movimientos como el de la marcha verde, mientras que el partido oficialista se ha hecho totalmente dependiente de la figura del Presidente quien, en principio, estaría constitucionalmente inhabilitado para participar como candidato a la presidencia en las próximas elecciones.

Esta inercia solo agravará la situación de credibilidad de nuestro sistema no solo para el momento de las elecciones, sino para el tiempo después, haciendo al país más vulnerable a los liderazgos carismáticos y al populismo que pueden surgir al margen de los políticos tradicionales.

Todos los partidos dominicanos cuentan a lo interno de sus estructuras con suficientes personas capaces como para ser impulsadas como nuevos rostros que ofrezcan ideas más novedosas y frescas para captar la atención del electorado.

A pesar de ser relativamente joven al momento de la transición de ciclos que ocurrió en las elecciones de 1996 y el 2000, recuerdo vívidamente como el fin de la era de las canas que representaban Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez relanzó el interés de la población en la política interna de cada uno de los partidos, lo que en gran medida terminó fortaleciendo nuestro sistema democrático.

Si bien uno de los tantos legados funestos dejados por Balaguer, Bosch y Peña Gómez es la incesante búsqueda del poder hasta el día de la muerte, sus discípulos inmediatos tienen ahora la oportunidad de evaluar la situación actual del sistema político dominicano y hacer lo correcto, haciéndose a un lado, para que el espacio que abrirían dentro de sus partidos revigorice el interés de la población en participar en el proceso político, y que se le pueda dar una oportunidad a esta de volver a creer en sus instituciones políticas, de las cuales hoy en día no solo le guarda poca confianza sino que ya está empezando a prescindir de ella.

El Nacional

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