Opinión

Hipólito, la corrupción, Odebrecht

Hipólito, la corrupción, Odebrecht

Los que esperaban que Hipólito Mejía hablara sobre el expediente de corrupción que involucra a la empresa brasileña Odebrecht en la República Dominicana donde admitió haber pagado sobornos por más de 92 millones de dólares desde 2001 hasta la fecha, deben haber quedado satisfechos a menos, claro, que la pasión política y la animadversión lo impidan.

El ex mandatario reiteró su posición de condena a los actos de corrupción para lo cual ha demostrado tener calidad moral.
Aclaró que durante su mandato sólo se trabajaron dos proyectos, uno que lo encontró hecho, y el segundo que ya tenía 16 años de elaborado.
Al llegar al Palacio, Hipólito encontró un contrato por 129 millones de dólares para la construcción del acueducto de la Línea Noroeste aprobado en 1999. Lo renegoció para que otras provincias de la zona recibieran sus beneficios, por 141 millones de dólares. La importante obra no concluyó durante su mandato. Le tocó a Leonel continuarla hasta su conclusión.

La segunda fue la presa de Pinalito, en la provincia Monseñor Nouel. Como explicó el exmandatario, el proyecto era del año 1984, 16 años antes de que asumiera el cargo. Recorrió todo el proceso de estudio, negociación y licitación transparente hasta su firma en el 2004 por algo más de cien millones de dólares.

No desembolsó dinero para la obra ni la inició porque su periodo ya estaba terminando y no lo creyó prudente. Fue durante el tercer mandato de Leonel, es decir, 5 años más tarde, 2009, cuando la inauguró con un costo superior a los 300 millones de dólares sin explicar por qué, de cien millones, la obra saltó a más de 300. (¿?).
De ese modo Hipólito se desliga del escándalo de corrupción alrededor de Odebrecht. Expresa su respaldo a la marcha verde que protesta en contra de la impunidad, llama al pueblo a continuar la lucha para presionar que se castiguen los sobornados.

Le corresponde ahora al expresidente Leonel Fernández hablarle al país sobre su papel en los múltiples contratos que se firmaron durante sus tres períodos, principalmente los dos últimos, del 2004 al 2012. Pero lo más importante, le corresponde a la justicia, al presidente Danilo Medina, para terminar con la impunidad que apadrina la corrupción.

Hipólito fue claro, preciso, contundente. No dejó cabos sueltos. Fue más lejos de lo que muchos esperaban. No es casual que sea uno de los pocos presidentes latinoamericanos en abandonar el cargo sin expediente de corrupción que lo involucre personalmente a pesar de las calumnias y las infamias que se han tejido en su contra.

El Nacional

La Voz de Todos