El doctor Tirso Roa Castillo, afamado paradigma de la cardiología y el internismo, es un brillante profesional que engalana la conciencia nacional, prestigia a su clase con el donaire de la realidad y dedicación a sus quehaceres, cual mística concreción existencialista.
Sureño-matero, seguidor de la filosofía de Cristo Jesús, Mahatma Gandhi, el Padre Bellini, doña Chucha, el doctor Héctor Mateo, Heriberto Pieter y otros, consagra su vida en aspectos sociales y altruistas.
Roa Castillo no lleva en su frente, exclusivamente el tatuaje del dinero, como tantos, sino el escudo del humanismo y la solidaridad, la protección a los demás, el cumplimiento del deber ciudadano y el postulado de Cristo; “Ayuda, que yo te ayudaré”
Este artífice del bien, el amor, y las cosas del espíritu, conoce también la ley de la verdad del insigne Mahatma Gandhi: “Significa únicamente que tenemos que decir la verdad, pues tiene que haber verdad en el pensamiento, verdad en la palabra y verdad en la acción”.
Postula el doctor Roa castillo que la solidaridad que realiza desde niño, es una relación entre seres humanos, derivada de la Justicia, sustentada en la igualdad, mediante la cual se toma por propios ciertos males de otros.
Y una adhesión voluntaria a una causa de otros con determinación firme y permanente de entrega por el bien común de colaborar, y ella es parte de nosotros, en la naturaleza misma del ser humano y se vincula a la tendencia social y moral.
Roa castillo es un enviado de Dios a nuestro país, con el determinismo y la pujanza en la práctica del humanismo y el bien, que realiza todos los días y a cualquier hora, viajero casi permanente a República, hurgando en la atención y salud de miles y miles de personas con diversos problemas.
Somos fieles testigos de la ardua misión de este abanderado de los que poco o nada tienen, llevándoles el mensaje de sus palabras, la esperanza reflejada en un trato fino, amable y conceptuoso, irradiando rayos de luces en la vida de quienes examina y atiende con singular maestría, delicadeza y pundonor; Roa Castillo, ejemplo y bandera del humanismo y la dignidad dominicana.
En el doctor Tirso Roa Castillo, titán de la moral, la dignidad y el esfuerzo en pro de los demás, oprimidos, hambrientos, enmarcan las frases de Andrés Maurois: “Una acción colectiva es la que crean los que en ella tienen parte, he aquí, me parece, una de las recetas de la felicidad”.
Como una decisión de sacrificios tiene que ser una vida de humildad, Roa Castillo es integro y sincero de arriba abajo, ya que quien sacrifica su vida por los demás, apenas tenía tiempo para buscarse un lugar bajo el sol, y quien no sirva a los pobres ni se identifique con ellos, no podrá obtener su realización personal definitiva, y vive equivocado.
Leal, inteligente, noble, bueno, servicial a plenitud, dador de felicidades, conferencista genial, consejero experimentado, con amplia experiencia acumulada, y una vocación excepcional, digna de escribirse con letras de oro en las páginas portentosas de la medicina y la historia, pues toda la vida es una larga lección de humanidad, y como dijo J.M. Barrie: “El hombre se eleva por la inteligencia, pero no es el hombre, más que por el corazón”
