Opinión

HUMORADA

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El problema haitiano

El libro de Freddy Prestol Castillo “El Masacre se Pasa a Pie”, tiene hoy más vigencia que nunca. Sólo hay que ir Santiago para ver cómo llegan las “camionas” llenas de haitianos.

Ahora, hay que decirlo todo. El dominicano obrero de la construcción, en primer lugar, es uno de los principales culpables de la lenta, pero segura, haitianización del país. De hecho, la frontera se ha convertido en  fuente de enriquecimiento i1ícito para muchos dominicanos. Sson gentes a los que la historia les da un pito y una flauta, que olvidaron aquel período del 1822 al 1844, así como también a Duarte, a los que liberaron la patria del yugo haitiano y a los que los secundaron en la patriótica tarea.

Esta situación puede ser controlada fácilmente, si se paga a los obreros criollos lo que manda la ley. El haitiano, ilegal casi siempre (porque ningún haitiano capacitado pasa la frontera a trabajar porque sabe que les pagarán menos que a sus iguales criollos), hace una competencia desleal a sus “colegas” dominicanos y esto se puede percibir fácilmente visitando cualquier edificio en construcción. El criollo prefiere “yolear”, es decir, pagar para, a bordo de una yola, enfrentar la furia del mar Caribe, tratando de llegar a Puerto Rico. Si lo consigue, por vía aérea aterrizar en Nueva York, con la esperanza de que las autoridades se hagan de la “vista gorda” y lo dejen pasar, con la esperanza de “triunfar” lo que se considera un triunfo. Yo conozco más de un dominicano que no solo se ha ido en forma ilegal, sino que al cabo de los años se las ha arreglado para regularizar su situación.

El asunto de los viajes ilegales tiene muchos puntos oscuros y otros muy claros, como lo es por ejemplo la obtención de un pasaporte por alguien que viaja en “concho”. Esto tiene su filosofía.

El Nacional

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