Nueva era
Los Estados Unidos acaban de iniciar una nueva era. La de que aquí todos tenemos los mismos derechos, tanto blancos como negros.
¡Fenómeno! Vi dos veces por televisión la toma de posesión del afro-americano, Barak Obama, aunque yo encuentro que tener una abuela en Kenya no hace a Obama afro-americano, si nació en EUA igual que sus padres.
En cuanto al color, no hay problema. En el citado país hay personas blancas, prietas, albinas, cenizas, indias, amarillas, en fin, todo un caleidoscopio de colores.
Pero el hecho de que en casi 200 años es la primera vez que un morenito se haya encaramado en el sillón principal de la Casa Blanca, es algo que muchos siempre pensaron casi imposible.
Mas, los que pensaban así, ya sea por racismo o por lo que sea, patinaron en lo seco y se rompieron un hueso en la parte atrás.
El caso es que Obama es hoy el señor de la casa citada más arriba y que el ex presidente, George Bush, antes de irse, sacó todos sus bártulos de la misma, trasladándolos a su casa, creo que en Texas, o algo así.
Ahora, sin importar que Obama ganara con un buen margen, en el Congreso una buena cantidad de adversarios tratará de hacer todo lo posible por jorobarle la existencia.
Sin embargo, lo importante es estar arriba y Obama inició su mandato bailando de medio lao con Michele, primera dama del país y, principalmente del presidente entrante.
Obama, en su discurso de toma de posesión, no fue triunfalista, sino todo lo contrario. Advirtió que la cosa no estaba para endulzarla, y que si el pueblo no se apretaba los pantalones estos se les caerían delante del mundo entero. Y que el papelazo sería histórico e histérico.
Obama tiene la buena pro de la inmensa mayoría de los líderes mundiales. Pero como siempre tiene que haber un pelo en el sancocho, en este caso el pelo citado es el mismo que en otras ocasiones. Ese pelo no es otro que Hugo Chávez, mandón por tiempo indefinido de Venezuela y quien no está de acuerdo ni con él mismo..
En su discurso de toma de posesión, Obama se olvidó de su lema de campaña, sí podemos. Habrá que ver si en verdad puede o no puede.
Ahora, el nuevo presidente ya ha sentado precedentes históricos, en un discurso en el que advirtió que la cosa está dura y que el pueblo tiene que levantarse o seguir acostado sin dar ni un golpe.
