Opinión

Humoradas

Humoradas

 

 

 

¡Vaya nombres!

Conozco numerosas personas que se llaman Manuel, Rafael, Juan,  Julio, Fermín,  etc. Pero hace poco me puse a leer el “Prontuario” de Hoy, donde  lo primero que aparece es el Santoral.

Con lo primero  que me topo es con san Quintiliano.

Ese nombre    me llevó a muchas  conjeturas “non sanctas”, por lo que no indagué nada sobre sobre dicho  santo.

Seguí indagando, y me “topeto”  con un  san  Dadas. Jamás en mi septuagenaria vida he conocido a nadie llamado … Dadas. Aunque,  “dadas” las  circunstancias,  el Real Diccionario de la Academia de la Lengua  me permite usar  dicho  vocablo, porque, que yo sepa, no tiene nada  de ofensivo.

Y ahora tenemos  a Olimpiades. Aunque  jamás  de los jamases y nunca de los núncases había oído  a un ser humano que se llamara Olimpiades, creo que el asunto se deriva de los originarios Juegos Olímpicos que se “estrenaron”  en Grecia  cuando los espartanos eran los papaúpas de la matica.

Por cierto,   ¿qué me dicen   de Eutiquio?  Lo único  que he encontrado parecido, aunque sólo ligeramente, es Eu…ropa,  aunque tengo una amiga llamada Eutimia que, no será por el nombre, pero  a los 78 años sigue virgen, tan vírgen como Dios la trajo al mundo.

Creciente. Apostaría peso  a  cachimbo de túbano a que  los Creciente en nuestro  país son más escasos que las buenas  intenciones de muchos de nuestros políticos.

Crescencio. Éste debe ser primo del Crecente de arriba.

L o de Pausilpo, entiendo ,o de pau, por aquello del “oau pau”  con  que nuestras madres “acariciaban” nuestros traseros cuando  se nos zafaba un “toño” sin querer queriendo.

E n lo que se refiere a san Telmo, me suena a  un recipiente en que mamá guardaba jugos diversos para que uno los tomara en el recreo.

Finalmente,  acabamos esta lista con  Potenciana.

Posiblemente se trataba  de una dama  de hercúleos brazos, que poseía pies del número 40, y tenía una cara que hacía poner pies en polvorosa a quien que se atreviera a  enfrentarla.

 Si se atrevía a acercarse, y lo hacía, se ganaba de tres a seis meses de “vacaciones” en La Victoria.

El Nacional

La Voz de Todos