Opinión

Ideas y palabras

Ideas y palabras

Decía Robert Kagan, ideólogo norteamericano, que las diferencias de Europa y Estados Unidos en relación a la visión de ambos lados y la manera de enfrentar las amenazas y los peligros del mundo de hoy se expresan en dos vertientes. Una, en la creencia europea de que los Estados Unidos exageran los peligros y dos en la forma de afrontarlos. Para enfrentar esos peligros, los norteamericanos necesitan de la legitimidad que Europa puede proveer, pero, los europeos apuestan a que los riesgos del terrorismo y de los tiranos nunca serán tan grandes como el “riesgo del Leviatán americano”. ¿Qué podría pasar si la apuesta europea resulta equivocada?

Mijail Gorvachev afirmaba que para arrancar de raíz el terrorismo no basta con aplicar medidas policiales o militares. Para el ex presidente soviético se hace necesario combatir y atacar las causas, entre las que mencionó las desigualdades entre ricos y pobres, a través de una respuesta de “unión de esfuerzos” a nivel global.

El alemán, Joschka Fisher proponía como respuesta a la “yihad” la democratización y modernización de Oriente Medio a través de la justicia, la eliminación de la discriminación de la mujer, la lucha contra la corrupción y la violencia y a favor de la educación. Para Fisher se hace necesaria una estrategia común de cooperación en la política, en la economía, en el derecho. La receta es el contraataque “no sólo con medios militares” sino con una estrategia de cooperación en los planos económicos, políticos y sociales.

En tiempos de campaña electoral, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Zapatero, anunciaba que, el Ministerio de Asuntos Exteriores pasaría a llamarse “de Exteriores y de la Cooperación” comprometiéndose al 0.5% del PBI para ayudar al desarrollo. Decía querer que España fuera reconocida internacionalmente “no por abanderar guerras ilegales e inmorales sino por liderar la ayuda al desarrollo”.

Mientras, Tzvetan Todorov afirmaba que Europa debe formar un ejército europeo para ser una “potencia tranquila” y agregaba que una Europa pacifista dejó el camino expedito a Hitler por lo que los pacifistas fueron los responsables de la Segunda Guerra Mundial.

En la actualidad, ¿ha cambiado el argumento de la administración norteamericana para enfrentar las amenazas? ¿Es válida la posición europea de minimizar esas amenazas y procurar resolver los conflictos con una política de cooperación? ¿Tendrá razón Todorov y serán los pacifistas nueva vez los responsables de repetir la historia?

El Nacional

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