Opinión

Indiferencia política

Indiferencia política

Nadie cuestiona, dentro de su sano juicio, el carácter de justicia en la demanda de órganos electorales imparciales de parte de un conjunto de fuerzas políticas opositoras de diversos colores e ideologías, debido a que la conquista de esa anhelada equidad fortalece la institucionalidad y, por consiguiente, la democracia dominicana.

Dentro de ese abanico de fuerzas, que ahora se unen en ese objetivo común, hay líderes de mucho peso moral, como son los casos de Minou Tavárez Mirabal, Max Puig, Guillermo Moreno, Rafael Gamundy Cordero, entre otros. También dentro del mismo PRM hay dirigentes de un alto concepto ético en el ejercicio de la actividad política.

Pero en esa alianza -posiblemente de carácter circunstancial- está el PQDC y el Partido Reformista, cuyos líderes han exhibido una enorme vocación de poder, pues han ocupado cargos públicos en todos los gobiernos de las últimas décadas.

De ahí que la diferencia entre ser oficialistas u opositores podría depender de un decreto presidencial. Si no hay decreto es probable que se mantengan en el bloque hasta el 2020, pero ¿qué gana la población con que ese tipo de políticos retorne a la administración pública en el hipotético caso de ganar los comicios venideros?

No se puede sostener la misma tesis con la Fuerza Nacional Progresista, cuyos líderes renunciaron de cargos relevantes al gobierno de Medina. Cabe destacar, sin embargo, que el extremismo de derecha en torno al tema haitiano fue que lo llevó a guardar distancia del poder.

De igual forma, por su conducta política histórica no encaja en el marco de una lucha que persigue amplitud de democracia. Además, Leonel Fernández, a quien la FNP desea asumir como candidato presidencial, fue el autor intelectual del secuestro de las instituciones dominicanas, lo que resulta incongruente.

Otro aspecto que decepciona es que uno de los dos líderes principales del PRM vive en un coqueteo permanente con el presidente Medina, a quien califica como su socio en negocios agropecuarios.

El otro líder del PRM negó el derecho constitucional de elegir y ser elegido a los militantes de ese partido, siendo el autor de la repartición de candidaturas, dando prioridad a los tránsfugas y a muchas crápulas políticas provenientes del bajo mundo, bajo la tesis de que lo importante es que tengan dinero.

El Nacional

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