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Vergüenza y humillación para la Policía Nacional

La Constitución dominicana establece: “De las Fuerzas Armadas. Artículo 252.- Misión y carácter. La defensa de la nación está a cargo de las Fuerzas Armadas. Por lo tanto:
1) Su misión es defender la independencia y soberanía de la Nación, la integridad de sus espacios geográficos, la Constitución y las instituciones de la República.
2) Podrán, asimismo, intervenir cuando lo disponga el Presidente de la República en programas destinados a promover el desarrollo social y económico del país, mitigar situaciones de desastres y calamidad pública, concurrir en auxilio de la Policía Nacional para mantener o restablecer el orden público en casos excepcionales.
De la Policía Nacional: Artículo 255.- La Policía Nacional tiene por misión:
1) Salvaguardar la seguridad ciudadana.
2) Prevenir y controlar los delitos.
3) Perseguir e investigar las infracciones penales, bajo la dirección legal de la autoridad competente.
4) Mantener el orden público para proteger el libre ejercicio de los derechos de las personas y la convivencia pacífica de conformidad con la Constitución y las leyes.”

Queda claro que las Fuerzas Armadas pueden asumir el control y auxiliar a la Policía Nacional en estado de excepción, de conmoción, de defensa o de calamidad. Ninguna de estas se han decretado, además deben tener la aprobación del Congreso, luego de ser solicitado por el Presidente constitucional, cosa que no se ha hecho, razón por lo que no entendemos se haya subordinado el mando policial de una manera tan extraña.

“El comandante general de la Fuerza Aérea de la República Dominicana (FARD) asumirá el primero de diciembre la dirección del Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, por instrucciones del presidente Danilo Medina.”

Esto resulta una vergüenza y humillación para la Policía Nacional y para cada uno de los generales y coroneles con preparación y capacidad de mando que no sean tomados en cuenta para sustituir al director actual, quien sin duda alguna ha fracasado y llevado a la institución policial a sus más bajos niveles de desmoralización y debilidad institucional de toda la historia de la Policía Nacional, responsabilidad que también recae sobre el presidente Danilo Medina y el ministro de Interior y Policía como los tres principales protagonistas para garantizar la seguridad pública y la administración de los recursos humanos policiales. Además han fracasado con la Ley 590-16, con el control de la violencia en todas sus manifestaciones y el crimen en general, así como las promesas de mejora salarial, modernización con equipamientos y capacitación de vanguardia sin cumplirse.

Y para colmo, mientras un militar sin experiencia ni conocimientos en estos temas se hace cargo del Plan de Seguridad Ciudadana, el ministro de Interior y el director de la Policía Nacional reparten funditas a damnificados ¡Qué ridículo y vergonzoso para ambos.
Dios les bendiga hoy y siempre.

El Nacional

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