Opinión

Infoseguridad

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En los resultados de las encuestas realizadas en los últimos años en  República Dominicana en relación con la medición de los conflictos nacionales, la inseguridad ciudadana y la criminalidad están entre los principales impedimentos al desarrollo y la paz social de nuestro país. Sin embargo, no se toman en cuenta en los debates o propuestas de reforma policial y temas de seguridad ciudadana a todos los sectores sociales y expertos que deberían participar.

La seguridad es un asunto de todos, no es exclusividad de las autoridades y por consiguiente no debe excluirse ningún sector en el análisis del tema, los gobiernos y los organismos de seguridad deben  abrirse a una consulta popular en búsqueda de mejorar y eficientizar el sistema de seguridad pública, por consiguiente fortalecer el Estado, la democracia y la constitucionalidad.

Mi retiro a destiempo de la Policía se debe por una parte precisamente al oponerme a la cultura autoritaria, represiva y militarista que siempre ha mantenido la Policía y demás cuerpos de seguridad. Y por otra parte a mi criticidad radical ante la corrupción institucional y el deterioro ético-moral que cada vez más aleja a nuestra Policía de su rol esencial.

Es que la sociedad y los que opinan sobre esta institución o de seguridad ciudadana, no entienden o ignoran que la institución policial nace en el año 36 en la dictadura de Trujillo, con el único objetivo de defender y proteger los intereses del régimen y reprimir y abusar de todos aquellos que se oponían a Trujillo y sus secuaces; lamentablemente todo sigue igual o peor, las autoridades políticas que trazan las directrices de la institución del orden y de los demás organismos de seguridad no tienen el más mínimo interés o voluntad para sustituir esa doctrina con la que se creó, se capacitó y se adiestró dicho organismo.

Por otro lado, tampoco a los sectores políticos les interesa que cambie y los sectores sociales que les interesa un cambio no han actuado ni se han involucrado para promover o hacer posible una reforma enfocada en los intereses de la población como es la esencia de toda policía moderna y democrática.

Es esperanzador lo planteado por el Presidente, quien muestra una voluntad y disposición para revertir esta cultura nefasta de nuestros organismos de seguridad, especialmente de la Policía. Esperamos se permita la participación de todos los sectores y expertos requeridos como contra parte de las autoridades. Pues la seguridad es un asunto de todos no exclusivamente de la policía y de los políticos.

Invito a leer el artículo 2, 3 y 25 de la ley orgánica 96-04 que rige a la policía nacional en cuanto a su objetivo, naturaleza y función que le compete, pero que no se aplica ni la conocen la mayoría de los policías, porque para cambiar esa cultura debemos involucrarnos todos los sectores.

Debemos seguir insistiendo en la urgencia de una cumbre nacional sobre seguridad ciudadana, con todos los expertos y los diferentes sectores de la sociedad.

Debiendo destacar que la dispersión de recursos facilita el despilfarro y la corrupción, dificultando la transparencia y fiscalización adecuada.

El Nacional

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