Los que somos desde la adolescencia aficionados a la música sinfónica, hemos sentido el dolor de ver salas de espectáculos casi desiertas en la presentación de algún concierto con obras de los grandes maestros. Sin embargo, y gracias a los cursos impartidos por músicos y musicólogos criollos y extranjeros, cada vez son más numerosos los asistentes a las temporadas de nuestra máxima agrupación musical.
Y nos llena de orgullo y satisfacción el hecho de que en los programas de esos eventos aparezcan con frecuencia los nombres de compositores, directores e intérpretes dominicanos.
Y esa es una de las características del segundo concierto de la temporada de este año donde tienen protagónica participación dos destacados músicos dominicanos: Antonio Rincón, y Guillermo Mota Curiel.
Ambos violinistas, Rincón interpretará esta noche, y en estreno nacional, el Concierto del compositor ruso de origen armenio, Aram Khatchaturian, bajo el trazado conductor de Mota Curiel.
Pese a que muchos críticos y musicólogos han señalado que en la obra de Khatchaturian es notoria la influencia de su compatriota Tchaikovsky, destacan al mismo tiempo la huella en ella del folklore armenio.
No debe sorprender, debido a la exitosa trayectoria musical de Antonio Rincón, que haya asumido el reto de escoger este difícil y hermoso concierto para su actuación en la Sala Carlos Piantini, del Teatro Nacional Eduardo Brito.
