Opinión

Introspección sobre las decisiones

Introspección sobre las decisiones

Siempre se ha dicho que los sueños son fuente de inspiración, y es verdad; por cuanto ese estadio no es menos que la manifestación reprimida de la consciencia. Mas, eso no quiere decir que, necesariamente, los componentes de una musa tengan que ser el producto de una alucinación somnífera.  Por eso, no debe ser sorpresa que solo la melodía de la canción “Yesterday” le llegó a Paul MacCartney por esa vía, y que las letras las concibiera sentado en un excusado, mientras “defecaba”.

Lo que sería interesante es saber cuál fue la reacción del carismático beatle en ese momento, en tanto acababa de componer una de las canciones con más versiones en la historia de la música de todos los tiempos: ¿Exclamaría, I get it!, como registran los anales que Arquímedes gritó ¡Eureka!, cuando descubrió el peso específico de los cuerpos sólidos, es decir, su densidad; y así, poder asegurar que la corona del rey Hierón II de Siracusa era de oro puro?

Al ser estudiante de sociología, confieso que, guardando la distancia, he tenido la oportunidad de vivir la experiencia de Arquímedes y Paul MacCarney; ya que creo haber encontrado la explicación a algo que inconscientemente me atormentaba. Mientras tomaba una ducha, pensé si el ser humano cuando actúa mal, cuando hiere el cuerpo de alguien, cuando ofende la moral de los demás, no ha habido de por medio un momento de reflexión que hubiese podido evitar el daño.

Con la intención de llegar a la verdad o a alguna vía que me acercara a ella, me pregunté si alguna vez, nosotros, entre dos opciones, nos hemos planteado si una es buena y la otra es mala. Y resulta que siempre lo que hacemos es pensar en cual es la que nos conviene, sin importar que la decisión sea correcta o no. Es doloroso admitirlo, pero “así ha sido desde que Dios echó al hombre del Edén, por confundir lo que está bien con lo que le conviene”, nos restriega en sus versos Joan Manuel Serrat…

El Nacional

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