Opinión

João Santana

João Santana

La dirección de campaña del PLD no tiene manera de ofrecer una explicación que constituya una justificación válida de lo inaceptable que desde el punto de vista ético es el hecho de colocar como asesor principal de la misma al señor Joao Santana. La única circunstancia que permitiera aceptar tal yerro sería si los hechos en los que está involucrado el referido estratega, hubiesen sido desconocidos para esa organización partidaria. Y a esa artimaña no puede recurrirse.

Parece que en la perturbación que le generó su salida del país, ese, a quien tantos le asignan categoría de genio creativo, debió escribir con prisa una carta de renuncia a sus funciones en la cual dejó colar una pifia que delata que los hechos se conocían desde antes y, de esa forma, en el mejor de los casos su exclusión del comité de estrategia electoral jamás debió ser por su iniciativa, sino por decisión de sus asesorados.
Santana no debió ser contratado para la campaña del Presidente

En el primer párrafo de la misiva, el atormentado asesor dice que se despertó ese día con la noticia de lo que estaba ocurriendo, lo cual suponía que también era el caso de los destinatarios de la carta. No obstante, en el quinto párrafo escribe lo siguiente: “Cabe señalar que desde la pasada semana me puse a disposición de las autoridades de Brasil para esclarecer cualquier especulación y que facilitaré toda la información necesaria para dejar establecida la verdad de los hechos, más allá de toda duda”.

Es obvia la contradicción entre ambas afirmaciones. Si desde la semana anterior se había puesto a disposición de las autoridades de su país, entonces no es cierto que al despertarse ese día se enteró de la situación. Como también es inconcebible que la dirección de la campaña del PLD desconociera el involucramiento en hechos gravísimos que se hacía de su principal consejero en materia de propaganda y estrategia electoral.

Entonces, en un desarrollo lógico de los acontecimientos y de tratarse de un equipo que se aleja sin vacilación de todo lo que pueda estar comprometido con acciones dolosas, lo que procedía era que ese caballero no fuera captado para la promoción del candidato presidencial del PLD o que, al tenerse conocimiento de lo que existía en su contra, fuera ipso facto separado de sus funciones. Contratar por desconocimiento un asesor perjudicial es una posibilidad a la que estamos expuestos. Preservarlo con conciencia de su descalificación, es una incriminación.

El Nacional

La Voz de Todos