Opinión

Joe Arpaio

Joe Arpaio

Todas las personas sensatas delplaneta oran por la paz. Suena cursi, pero así es, porque nunca se ha enseñoreado el odio de manera tan descarada en la humanidad como hoy.

El perdón presidencial de Trump al “sheriff más temido”, Joe Arpaio, ha pasado a la historia como un ejemplo más de su obsesión con Obama ya que Arpaio fue el autor de la campaña sobre la supuesta falsedad del acta de nacimiento del expresidente.

Lo irónico es que Arpaio es hijo de inmigrantes italianos, y nunca tuvo madre, ya que esta murió cuando lo trajo al mundo. Fue criado por un padre rudo, ignorante y racista al cual rinde culto con su actuación a través de la historia.

Sheriff entre 1992 y 1916 de Maricopa, Arizona, ganó notoriedad cuando en el 2005 desobedeció una ley de la Suprema Corte que derogaba la Ley Anti Inmigración SAB 1070. Fueron tantas sus acusaciones de violación a los derechos humanos que el FBI lo infiltró documentando, para su destitución, el uso inapropiado de fondos públicos; resistencia a investigar crímenes de violencia sexual; resolución ilegal de casos criminales, imposición ilegal de leyes anti migración, violación leyes electorales mediante intimidación a los votantes y redadas ilegales de inmigración.

Denunciado por Amnistía Internacional, esta subespecie de homo sapiens fue descrito en una entrevista como un hombre con la nariz negra, el cuello rojo, megalómano, mentiroso, y como Berlusconi, una vergüenza para su país de origen.

Para los “marrones”, o hispanos, sólo por su color, ha creado una prisión en las afueras de la cárcel con carpas, cuya temperatura asciende a los 62 grados, la cual el mide cada día, de manera ostensible. Y ha creado una línea de ropa interior rosada con el fin de humillarlos, ya que cada prisionero debe usarlas con un slogan que dice “José”.

Este comportamiento ha desatado todo tipo de especulación sobre sus tendencias sexuales, primero por su negación a manejar los casos de violencia contra las mujeres (es un misógino enfermizo), como por su obsesión con humillar a los hombres latinos y negros, dos prácticas que hereda del también legendario jefe del FBI, Hoover, quien divertía al expresidente Lyndon B. Johnson con grabaciones sobre las relaciones sexuales de Martin Luther King con su esposa.

Un horror de ser humano, cuyo prototipo debemos estudiar para evitar que nuestras fuerzas del orden, sean la policía, el DNI o Migración, se llenen de Joe Arpaio, que no tuvieron madre, a quienes no les tiembla el pulso para deportar a dominicanos negros como haitianos, o asesinar a jóvenes populares, generalmente negros, con sus mismos orígenes sociales, porque aquí no se practica, como requisito, la evaluación psicológica de potenciales reclutas.

El Nacional

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