Opinión

Juan Bosch

Juan Bosch

Oquendo Medina

Don Juan dijo, cuando se fundó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que esa organización política nacía para concluir la obra iniciada por Juan Pablo Duarte y los trinitarios.

Para él, los métodos populistas y el clientelismo político no eran más que dos parásitos malignos, los cuales llegaban y se acomodaban en el seno de los partidos políticos para desde allí comenzar a alimentarse sin importarles para nada eso que llaman organización, disciplina, métodos de trabajo, educación política y otras cosas.

Mientras don Juan estuvo en el mundo de los vivos y hasta que fue la cabeza líder de esa agrupación política jamás permitió que dichos parásitos se adueñaran del PLD porque eso, definitivamente, terminaría provocando un hedor a corrupción.

Es verdad, hoy día, prácticamente esa organización no se parece en nada de lo que era ayer: símbolo de respeto, orgullo y admiración; ejemplo verosímil de honestidad y transparencia.

Antes, el problema de uno era el problema de todos. Rápido se reunía y se movilizaba todo el partido para recibir sabias orientaciones. Ahora parece que se camina en cámara lenta. Ahora se reúnen los grupos, no los organismos. Ahora hay tres miembros del comité político y dos congresistas implicados en el caso Odebrecht y todavía no se ha reunido el Comité Político.

Eso es preocupante. Sabemos que el presidente Danilo Medina es blanco preferido de la oposición. El PLD tiene que alejar percepciones erróneas, tiene que respirar, tiene que sacudirse, tiene que volver por la senda que lo hizo grand

El Nacional

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