Opinión

Kitula Liberman

Kitula Liberman

Yo era de las que se molestaban cuando una carreta, cargada de naranjas o plátanos, se me atravesaba, en pleno Arzobispo Nouel, en hora pico.

Yo era de las que me molestaba, si camino a Santiago un niño me tiraba su mojada esponja para  ensuciar un vidrio que estaba limpio.

Yo era y yo era y yo era, hasta que fui al estreno de un video de una inmigrante boliviana, Kitula Liberman, titulado “Pan y Forraje”, y llevada de su mano pude conocer las casas y las familias de los cientos de dominicanos que  madrugan para llevar algo de comida a la casa, en carretas tiradas por caballos en pleno siglo 21.

De pronto ya no eran el fastidioso carretero que no entendía que estaba obstruyendo el tráfico con su burro prehistórico y su carruaje de hace  siglos.  De pronto era el otro país el que conversaba para explicarnos como sobrevive más de la tercera parte  de los dominicanos.

Sí, más de la tercera parte, porque cerca de 38% de la población dominicana tiene menos de 18 años, al tiempo que tenemos una de las más bajas elasticidades de la pobreza frente a los cambios positivos en la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto.  Para darles una idea, el ingreso medio de los hogares de clase media alta y alta supera casi 28 veces el ingreso medio conjunto de los hogares en los cuatro deciles mas bajos de la escala, y el ingreso de los hogares  mas ricos  multiplica por 23 veces el de los  mas pobres.

Además, en el 2008 cerca del 8% de la población entre 5 y 18 años de edad,  no asistía a la escuela, incorporándose una parte importante al mercado laboral, y la economía dominicana no ha reducido de forma permanente su nivel de desempleo,  ni ha logrado aumentar los niveles de salario promedio, lo que es especialmente notable en mujeres jóvenes con una tasa de desocupación equivalente a tres veces la tasa de los hombres,  provocando un aumento en las  tasas de participación laboral que no resuelve las de desempleo dominicano, considerada muy alta,  por el influjo creciente de la mano de obra haitiana, importada por el capitalismo dominicano por su bajo costo y desamparo.

¿Qué tiene esto que ver con la cineasta de Bolivia Kitula Liberman, antropóloga social graduada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México; graduada de la Escuela de Cine y Artes visuales” de su país?  Es que Kitula nos ha aportado la mirada solidaria de una mujer a ese otro país que conversa con nosotros en sus vídeos: “Los ecos de fuego;” “Pan y Forraje”; y “La ciudad sedienta”.

Este viernes 4 de febrero presento su último video “La ciudad sedienta” sobre el gasto popular en agua,  y las estrategias comunales, en el Centro Cultural de España, a las ocho  de la noche.  Les espero.

El Nacional

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