La Oficina Nacional de Estadísticas ha revelado datos sobre el rumbo de la economía, que aunque la población no lo sabía, sin dudas que lo viene sintiendo desde hace algunos meses.

El país está entrando, poco a poco, en un proceso de recesión de su economía, mu a pesar de los malabares que vienen haciendo las autoridades del Banco Central.

La tributación por concepto de ITBIS viene teniendo desde enero una caída de alrededor de 1,000 millones de pesos cada mes, y lo mismo viene ocurriendo en los renglones inmobiliarios, construcción y vehículos, aunque en menor proporción.

La realidad es que la falta de dinero líquido está haciendo estragos en la población, porque en interés de evitar que la tasa de cambio se coloque en su valor real (50 pesos por un dólar), el Banco Central ha reducido en aproximadamente un 10% el efectivo que circulaba en la economía a principio de año. Esta es una jugada tradicional, para evitar la devaluación del peso frente al dólar.

Sin embargo, este tipo de medida es insostenible en el tiempo porque la presión sigue, aunque no sea visible a la población, y en algún momento estalla.

No importa lo que digan las estadísticas ni los técnicos, la realidad es que no hay dinero en las calles

El último reporte de la DGII, y que incluye hasta mayo de este año, reporta que la tributación por ITBIS, que es un indicador que refleja los niveles de consumo, ha sido de 39 mil 621 millones de pesos, mientras los técnicos del gobierno tenían previsto recaudar 45 mil millones de pesos, sólo en el primer cuatrimestre del año.

Es decir, el Gobierno dejó de percibir más de 5 mil millones de pesos, dinero suficiente para terminar la segunda línea del metro o sustituir las chatarras que usa la OMSA y contribuir con el adecentamiento del transporte de pasajeros.

Algo similar ha ocurrido con los impuestos a las operaciones inmobiliaria, que han quedado en 2 mil 154 millones de pesos, o sea 300 millones menos que lo proyectado por los técnicos del Gobierno para el mismo período.

En el mercado de los vehículos nuevos, la caída supera el 20%, y es lógico, porque ante la ausencia de dinero, la gente no tiene con que comprar bienes ni servicios. La gente quiere, pero no puede.