Opinión

La ética en el Estado

La ética en el Estado

La técnica de presentarse ante el país como el que no sabe nada,  es tan vieja como la demagogia, el populismo y el engaño. Elementos de maestros de la traición y el engaño.

Déspotas ruines, dictadores ilustrados y analfabetos, demócratas y bufones, suelen presentarse como buenos, incapaces de robar y de matar, cuando la verdad es todo lo contrario.

Los malos son  sus socios o subalternos.  El gobernante demagogo es ciego, sordo y mudo. Ciego frente a la corrupción que permite o patrocina. Sordo para no escuchar las quejas del pueblo. Mudo para no decirle la verdad. No escucha al pueblo, pero lo reprime cuando protesta como con el joven de 21 años asesinado vilmente por la policía en Navarrete.

El  presidente Leonel Fernández habló sobre el Estado. Las comisiones de ética, que él mismo ha creado, no sirven para nada, de acuerdo con sus palabras. Debió hablar así un candidato, no el presidente de la República. Y mucho menos de un presidente que tiene 9 años en el cargo.

Las palabras del presidente Fernández me recuerdan a Joaquín Balaguer,  su guía, maestro y líder. Balaguer dijo  que la corrupción sólo se detenía en la puerta de su despacho, lo cual lo dejaba libre de sospechas. En otra ocasión reveló que descubría un corrupto todos los días.

Con las calles llenas de sangre, se presentaba por encima del bien y del mal.

¿Y qué ha hecho Fernández contra el caos? ¿Quién es el responsable de que las comisiones  no funcionen?   José Joaquín Bidó Medina debió renunciar de la Comisión de Ética cuando el portal del Palacio  fue sobrevaluado y nadie fue sancionado.

 Ningún gobierno  ha manejado más dinero. Sólo en impuestos éste le ha sacado  al pueblo más de 400 mil millones de pesos. Además, ha endeudado más al país que ningún otro. Pero no ha resuelto uno solo uno solo de los problemas nacionales. ¡Han malversado esa  fortuna! Y el presidente habla de  moral en el Estado como si estuviera en otro planeta. ¡Qué barbaro!

El Nacional

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