Deportes Noticias importante

La familia López todavía busca más glorias olímpicas

La familia López todavía busca más glorias olímpicas

RIO DE JANEIRO, BRASIL, (AP).- La clave para la división de los 80 kilos del taekwondo en los Juegos Olímpicos de Río podría ser Liliana Marie Rogowski.

Tiene un año, y en realidad no tiene posibilidades de subir al podio.

Pero si se trata de supersticiones o coincidencias, este es el motivo por el que podría ser un factor a tomar en cuenta: desde 1999, siempre que un bebé llega a la familia López el año previo a unos Juegos Olímpicos, Steven López gana una medalla en el taekwondo. Es una racha que espera que continúe el viernes, cuando compita en sus quintos Juegos y busque sumar a las medallas que logró en 2000, 2004 y 2008.

“En 1999, Jean, mi hermano mayor, tuvo un bebé y ella fue mi inspiración”, relató López. “En 2003, tuvo otro bebé. En 2007, tuvo otro bebé. En 2011, no hubo bebés, y no me fue tan bien. Y ahora llegó Liliana, la bebé de mi hermana Diana, que nació en 2015. Así que estoy listo”.

La familia es lo más importante para López, y el taekwondo es un asunto familiar. Jean, el hermano mayor, es su entrenador. Su hermano menor Mark es su pareja de entrenamientos en Río. Su hermana menor Diana pasó la mayoría del verano entrenándose con sus hermanos, y estará pendiente el viernes desde Houston donde vive con su esposo e hija.

En 2008, Steven, Mark y Diana ganaron medallas en los Juegos de Beijing. Mark y Diana ya no compiten profesionalmente, el primero dedicado a un trabajo en el sector de las finanzas, y la segunda como maestra. En tanto, Steven sigue metido de lleno en el deporte, y no se puede descartar que compita en cuatro años en Tokio.

A sus 37 años, por ahora piensa más en el legado de su familia en Río.

“Se trata de una familia cualquiera que ha hecho cosas extraordinarias”, dijo Steven. “Ha sido gracias a la fe en Dios, el amor por la familia y dedicación y sacrificio. Mis padres migraron de Nicaragua, un país muy pobre, y lo que me enseñaron fue el valor del trabajo y a agradecer todo lo que este país me ha dado. Así que cuando entrenamos, tomamos en cuenta la forma que nos criaron, para ser los mejores”.

El patriarca de la familia, Julio López, era deportista en Nicaragua, donde competía en pista y natación. Junto con su esposa Ondina se mudaron a Nueva York, y sus hijos se enamoraron del taekwondo desde una temprana edad.

“No sólo solos el epítome del sueño americano, sino que hemos sido exitoso por tanto tiempo que sabemos que el apellido López siempre será parte del mundo del taekwondo”, dijo Diana. “Creo que nuestro legado perdurará. Mis hermanos y yo hemos forjado el camino para todos los competidores del taekwondo, no sólo en Estados Unidos”.

El Nacional

La Voz de Todos