Opinión

La JCE y el TSE

La JCE y el TSE

Con la protesta de la sociedad civil y de los partidos de oposición se logró que el Senado no reelija a Roberto Rosario, responsable de las elecciones del 2016, las más viciadas que registre la historia dominicana. Fue sustituido por un hombre de la iglesia, versión Pucamaima, sector eclesiástico que encubre fraudes electorales y escándalos de corrupción que estremecen a la sociedad.

También con la protesta de la sociedad civil y del PRM se impidió que reelijan a los miembros del Tribunal Superior Electoral, que, sin mínima vergüenza, se presentaron a entrevistas después de haber destruido al Partido Revolucionario Dominicano, el antiguo glorioso y más viejo instrumento político nacional, para que el PLD corra solo hacia los comicios del 16.

En la presidencia del nuevo TSE hay otro hombre de Agripino. Y dentro de los cinco se halla una dama responsable de graves fraudes electorales, conforme a los partidos de oposición de Santo Domingo Este, lugar donde no se contaron sufragios y ningún candidato sabe la votación que alcanzó.

Todo el que aboga por el adecentamiento de la sociedad dominicana viene dando su apoyo a la Marcha Verde, que procura el fin de la corrupción y de la impunidad. Sin embargo, ese movimiento se focaliza mucho en el caso Odebrecht, que es un solo caso en el marco de un amplio abanico de escándalos de corrupción, incluyendo la corrupción electoral.

Y el momento es oportuno para exigir justicia por la corrupción en la JCE, por los fraudes electorales, las compras irregulares (que incluyen los escáneres) y la sobrevaluación. Además, todos los técnicos de la JCE, funcionarios y pequeños empleados pertenecen al oficialismo. Ni decir de los presidentes municipales en toda la geografía nacional. Con ese personal, ¿qué condiciones hay para el montaje transparente de los comicios del 2020?

La parcialización de esa JCE quedó ratificada desde el mismo día que su presidente hizo una conferencia para arremeter a intelectuales que, en un ejercicio democrático y constitucional, pedían la renuncia de Danilo Medina. Y en los próximos días el TSE definirá su camino a seguir, cuando decida sobre el expediente del PRD, cuyo presidente lo maneja como una empresa, no se reúnen los organismos ni se celebra convención. Inclusive, su condición de ministro es incompatible con la presidencia del partido.

El Nacional

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