Las elecciones del 15 de mayo desnudaron todos los males del sistema electoral, provocados por las deficiencias e irregularidades del proceso montado por la JCE, controlada por el PLD. Ante un proceso viciado por la inequidad, la corrupción y la imposición reeleccionista sobre la voluntad popular, el PRM se ha colocado como la principal fuerza de oposición, con nuestra decisión de defender las Senadurías, Diputaciones y Alcaldías ganadas.
El 15 de mayo no fue el final del proceso, sino solo el comienzo. Hoy, el joven pero audaz y consolidado Partido Revolucionario Moderno (PRM) ya es la principal fuerza opositora al PLD y Danilo Medina, a sus ansias de gobernar sin oposición, de quien ha dicho no perseguirá, a lo que agregaría, siempre y cuando en “su” Congreso guardemos silencio y seamos cómplices del descalabro económico, institucional y democrático. Presidente Medina, está usted muy equivocado.
No habrá Luna de Miel ni cien días de tregua a la continuidad de un gobierno fracasado, sino una oposición firme, constructiva y férrea, apegada a los principios que enarbolamos, como la transparencia, la democracia y la institucionalidad, pilares que permiten construir un país con empleo sostenible, seguridad ciudadana, bajo costo de vida y oportunidades para todas y todos, sin distinción por el origen socioeconómico, religioso o político.
Estoy orgulloso del PRM, de sus candidatas y candidatos, de todos aquellos que trabajaron incansablemente por recuperar la democracia y lograr el cambio político. Con apenas un poco más de un año de formado, somos la principal fuerza de oposición.
Se avanzó, con las primeras conquistas en alcaldías y en el Congreso, con servidores públicos jóvenes y preparados, con nuevas ideas y una visión que habla de servir y no ser servido. Todo, en medio de la campaña más desigual que haya tenido el país, tal como lo refleja el informe de los observadores de la OEA.
Lo dijo Luis Abinader, “representaremos los intereses del pueblo que vamos a acompañar hasta que juntos destruyamos el entramado jurídico, político y electoral que controla nuestra nación”. Nosotros sí somos demócratas, lo hemos demostrado desde el principio y lo seguiremos demostrando, porque hoy no termina este camino, sino que recién comienza. La lucha sigue hasta recuperar la plena democracia en nuestro país.
