La República Dominicana está en competencia con muchas otras naciones, por lo que requiere que sus hijos e hijas impidan que se desprestigie y se mancille su nombre a nivel internacional. Las campañas negativas en contra del país golpean sectores neurálgicos de nuestra economía.
A pesar de que el mundo de hoy asiste a lo que algunos mercadólogos llaman la marca soy yo, es indiscutible que cada nación mantiene una agenda en lo que son valores intangibles que comportan la Marca País.
Nuestro país no puede desmayar en la conformación diaria de su Marca País. Sin embargo, son muchos los escollos que hay que superar, y es que por momentos se da la sensación de que se conspira en contra de la patria en playas extranjeras.
Ninguna nación a nivel internacional permite campañas en su contra. Esto es tan así que se dice que el rey Juan Carlos de España, acudió personalmente al periódico The New York Times a defender su pueblo, a raíz de una foto sobre unos pordioseros hurgando en zafacones, presentada por ese diario.
En nuestro país las cosas son muy diferentes, pues ONG, políticos, reporteros internacionales , se mantienen sobredimensionando e hiperbolizando las nimiedades o los problemas que padecemos, que regularmente están presentes en las demás naciones.
Y como a otras naciones les conviene el descrédito a que podamos ser sometidos por personas inescrupulosas, esas campañas negativas encuentran eco a nivel mundial.
Es por eso que la ciudadanía debe hacer conciencia de lo negativo que resulta denigrar el país afuera, ya que nuestra Marca País debe mantenerse incólume, a fin de que los productos y servicios que exportamos no se vean subsecuentemente afectados, y de esa manera evitar daños considerables a nuestra economía.