Tengo un gran amigo que es intrínsecamente abogado. Por eso, me dijo que se sentía emocionalmente drenado al leer la reciente sentencia que pronunció un Auto de No Ha Lugar en el expediente del senador Felix Bautista. Por su vocación enraizada, se queda en el plano jurídico y eso, en este caso, es una soberana manera de perder el tiempo.
La magnitud de todo lo que envuelve este proceso tornaba imposible que al mismo se le hubiese permitido avanzar de forma espontánea, sin que los más empinados tentáculos del poder lo intervinieran. El derecho siempre ha sido un instrumento político colocado al servicio de los sectores dominantes de una sociedad determinada. No obstante, los niveles alcanzados en la actualidad resultan obscenos porque se trata de algo arrodillado ante un color partidario específico.
Es imperativo evaluar la sentencia desde el cariz que representa la férrea lucha por el poder que se libra a lo interno del PLD. ¿Será posible que el ex presidente Leonel Fernández no se haya percatado de que se le ha asestado otra estocada que empujará la sistemática caída de su prestigio político?
Es a ese pasado presidente a quien se le atribuye influencia sobre el Poder Judicial y, de manera particular, sobre el Magistrado que dictó la sentencia. En consecuencia, es sobre su imagen que recaerá la ira que, en un sector de la población va a generar este nuevo trofeo para la impunidad.
El Presidente Medina, ni tonto ni perezoso, consciente de que este era el resultado previsible y que iba a tener las consecuencias que está teniendo, permitió que los acontecimientos se desarrollaran, no obstaculizando que su Procurador General actuara y, de esa forma, el Presidente fuera visualizado como ajeno al desenlace, en tanto él había asumido su rol. De hecho, el Presidente es quien sale políticamente beneficiado de esto y, lo más importante, su bien encauzado proyecto reeleccionista avanza a pasos firmes con este elemento.
No obstante, esto no deja de ser un juego peligroso y que implica graves riesgos para la figura presidencial y sus planes. Importantes sectores sociales pueden descubrir el juego hasta cierto punto macabro que, por el poder, se escuda detrás de lo ocurrido y puede ser percibido como alguien que ha transado impunidad en favor de Leonel Fernández a cambio de los imprescindibles votos que este tiene en el Congreso ante la inminente modificación constitucional para su próxima postulación.
