Residentes en las proximidades de la calle El Sol del sector Capotillo, en el Distrito Nacional, están desesperados por los derrumbes y la contaminación de la cañada La Simba, la cual está llena de basura, convirtiéndolo en un foco de contaminación y criadero de mosquito, por lo cual aparte del dengue, podría originar múltiples enfermedades.
Esta cañada que recorre todo el barrio Capotillo fue construida hace casi una década por una donación extranjera y que nunca fue inaugurada por los vicios de construcción que supuestamente presentaba, se encuentra en total abandono, por el descuido del ayuntamiento de la Capital, ya que por no sanearla está llena de maleza, troncos, residuos sólidos, chasis de neveras, estufas y televisores.
A la dejadez de las autoridades se suma la falta de conciencia de muchos residentes de la barriada ya que la basura que producen en sus casas la tiran en el cauce, cuando el camión de la empresa responsable de recogerlas en esa parte de la ciudad (Escoba), no pasa a retirarla.
“Cuando llueve toda la basura que tiran en el barrio viene a parar a quí. Tenemos derrumbes que aun no han causado daños, por lo cual pedimos al ayuntamiento del Distrito Nacional y a las autoridades que vengan en nuestra ayuda. Esta cañada desde que la hicieron a dado problemas, por que no se terminó como debía.
Nunca se inauguró por eso”, según Ángel Adames Melo, dirigente comunitario.
Las recientes aguaceros han puesto en actividad este importante cause que a la vez sirve de afluente de decenas de mini cañadas que operan en todo el sector, trayendo a parte de las aguas, todo tipo de desperdicios que ayudan a empeorar más la deprimente situación que allí se vive.
Decenas de familias que viven en todo el entorno de la cuenca se encuentran preocupados por el peligro que representa la gran cantidad de basura, el mal olor que emanan de las aguas negras, y los enjambres de mosquitos que están atacando a toda hora. Y no es para menos, teniendo en cuenta la alerta en que se encuentra el país, por el asunto de la epidemia del dengue que nos azota.
“Aunque muchos de nosotros somos responsable, ya que tiramos la basura ahí. Queremos que vengan quien quiera ayudarnos arreglar ese problema. El mal olor y los mosquitos son un problema serio. Si no lo solucionan el dengue puede venir y acabar”, expresó Félix Amparo Brito.
UN APUNTE
Cañadas
En el Gran Santo Domingo hay 125 cañadas rodeadas por asentamientos humanos, que se han convertido en un problema medioambiental por las aguas residuales y los desechos sólidos, que se vierten en ellas y que tienen como destino final los principales ríos de la capital.
