Opinión

La tercera edad

La tercera edad

Tuve una mamá y un papá excepcionales, así como unos abuelos encantadores de quienes sus hijos y nietos estaban orgullosos por el trato que nos dispensaron en el trayecto de nuestras vidas donde nunca faltó el cariño, el respeto y el cuidado a la prole en todos los sentidos.

Todo ese afecto de padres y abuelos no tiene modo de retribución y se queda con uno para siempre guardado en el corazón, lo que permite que viva en otras generaciones que emulan todo lo bueno de una crianza sellada para seguir viviendo de manera honesta.

En la familia se goza de ese privilegio que se va inculcando en las generaciones más jóvenes, para quienes las reglas no están escritas pero se respetan las formas y modalidades.

Hacemos, por ejemplo, la cena navideña en uno de los hogares de la familia y a cada uno se le asigna lo que debe llevar, lo que termina en un disfrute ameno y sano.

Para que el acoplo familiar funcione se debe trabajar en esto con los hijos desde pequeños. Si un menor escucha que en su hogar sus padres dicen “malas palabras” es casi seguro que va a repetir ese comportamiento.

No podemos pretender tener hijos con don de gente si le educamos vociferando malas palabras. Si el chico lleva dinero o un objeto que no es suyo a la casa y usted lo acepta, sabrá perfectamente lo que estás moldeando.

Cuando usted llegue a la tercera edad se sentirá bien si le dio a sus hijos la crianza adecuada. Puede estar seguro que todo ese amor será reciprocado.

Al margen de cómo lo hayan educado, todo hijo debe amar y respetar a sus progenitores, principalmente cuando no se pueden valer sí mismos.

Resulta penoso ver a hombres y mujeres que caminan haciendo un gran esfuerzo, mendigando por las calles. Parte de esas personas duermen en aceras o debajo de puentes.

Usualmente esas personas no piden, sino que buscan en zafacones algo para comer o botellas para vender.
En esa fase final de la vida sería bueno que alguna institución del Estado dignifique a estos depauperados en cuando a ropa, alimentación y espacios adecuados para dormir si no tienen hogares o un doliente.

El Nacional

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