Opinión

Las cuentas de Licelotte

Las cuentas de Licelotte

La presidenta de la Cámara de Cuentas, doctoraLicelotte Marte de Barrios, afirmó que con “los recursos desviados por entidades del Estado, mayormente del ámbito municipal, podría hacerse otra República Dominicana”. Es decir, que el hoyo de la corrupción es tan grande que con lo que ha ido a parar a los bolsillos de quienes se han enriquecido en la Administración Pública se puede hacer otro país.

Cuarenta y ocho horas después de esas declaraciones, ante el circo montado por una Comisión Especial del Senado que ha suplantado las atribuciones del Poder Judicial para investigar las denuncias que pesan en contra del Senador Felix Bautista, la doctora Marte afirmó que “la auditoría que realizó la Cámara de Cuentas al ejercicio de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) del 2008 no detectó indicios de penalidad contra el director de entonces”. Solo apuntar que ese año fue el que se descubrió el escándalo de la SunLand.

En ese mismo auditorio, la doctora Marte ratificó sus primeras declaraciones: “lo confirmo nuevamente y no me arrepiento de haberlo dicho porque lo siento así: si nosotros no tenemos transparencia, seremos siempre esclavos de la pobreza, de la insalubridad, del desempleo,  etc”.

Si ambas declaraciones hubiesen sido pronunciadas por terceras personas que no tienen la responsabilidad pública de ser la máxima autoridad en el ámbito de las cuentas de la República Dominicana, se hubiesen considerado como “políticas”. Pero, resulta que nadie tiene mejor conocimiento de causa sobre ambos temas que quien es la presidenta de la Cámara de Cuentas, cuyos auditores están dentro de la mayoría de las instituciones públicas, incluyendo las descentralizadas.

Solo leer el Informe de la Cámara de Cuentas sobre la gestión gubernamental del año 2012 para confirmar que las cuentas de Licelotte no cuadran. Por más, ilusiones y magias que el estilo contable permite redactar y escribir, “dentro de los principios de contabilidad generalmente aceptados”, el Informe no pudo evitar señalar las causas y el destino del déficit fiscal del 2012, sobre el cual la mayoría de dominicanos estamos pagando un costo elevado, sin haber participado en los “platos rotos”.

La presidenta de la Cámara de Cuentas no debe quedarse en palabras. Debe asumir el mandato de la Constitución, y actuar dentro de la ley, identificando los responsables.  Así, las cuentas que no cuadran, cuadrarán.

El Nacional

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