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Las pulgas Un mercado de empleos, dinero y desorden

Las pulgas  Un mercado de empleos,  dinero y desorden

La ocupación de calles y avenidas, aceras, áreas verdes, largos taponamientos, basura, insalubridad, peleas y robos son algunos de los problemas que se vive los domingos en el mercado de pulgas de la capital.

Sin embargo, hay que reconocer que más de cinco mil personas dependen directamente de este desorden, que genera miles de empleos temporales.
Allí, dominicanos y haitianos se confunden entre vendedores y compradores de las más diversas mercancías.

Por más de 12 años en su última todos los domingos una multitud de personas se congrega en los alrededores del Mercado de Pulgas de Santo Domingo, que opera debajo del elevado de la avenida Luperón conectando la avenida 30 de Mayo con la carretera Sánchez.

Vender o comprar mercancía son las cosas más comunes aquí. Otros van a vender café, té, desayuno y alimentos. Eso sí, bajo las más deplorables condiciones de higiene
“Este mes las cosa no ha estado muy buena. Pero eso es normal ya que todos los septiembre, las cosas se ponen agria ya que los útiles escolares dejan a los padres sin un chele para comprar nada”, afirmó José Antonio Sánchez, vendedor de zapatos usados.

Es innegable que debido al desempleo y la carestía de los productos básicos que consume la población y en sus hogares, este mercado se ha convertido en una opción para familias de escasos recursos y clase media que van a comprar lo que necesiten, pero también es una forma de hacer negocios para los otros que van a vender cosas que no necesitan o que simplemente necesitan salir de ellas y al mismo tiempo obtener algo de dinero.

Mercancías usadas traída desde Haití o de Estados Unidos, posiblemente a manera de donación, es la materia prima de este mercado. Aunque también abunda ropa nueva de manufactura dominicana, así como productos traídos desde Norteamérica por “dominican-york” retirados.

Muchos dominicanos sin empleo compran de todo para luego revender aquí. Jóvenes emprendedores también se dan cita en este lugar para hacer negocio de toda índole con la esperanza de ganar dinero extra.

“Tú vas a una tienda y te compra cualquier pantalón o camisa y te cuesta caro y no te dura. Aquí uno puede comprar pantalones y camisas de marcas famosas a buenos precios. Solo hay que lavarlos y plancharlos y ya”, expresó Francisco Rojas, residente en Haina.

Mercado de Pulgas en la avenida Luperon con malecon. Jorge Gonzalez

Lo que se vende

Desde las cosas más banales como lo son viejos martillos usados, picos, palas, planas y destornilladores, etc hasta los más sofisticados dispositivos electrónicos se encuentra en este mercado. Aquí se puede comprar antigüedades, electrodomésticos nuevos y usados, videojuegos, reproductores de música, al igual pueden obtenerse software pirateado de la más variada diversificación tecnológica que pueda haber en el mercado.

Películas y series en DVD originales y piratas, así comos cidí de música de toda la variedad, nacional y extranjera son exhibidos y ofertados sobre grandes lonas tendidas en el suelo. Otros en cambio tienen pequeñas carpas con exhibidores donde pueden hasta probar los discos que venden.

En la actualidad el fuerte de las ventas es dominado por las ropa usadas y otros artículos que vienen en pacas como pantalones, t-shirt, camisas, tenis, zapatos, carteras, sandalias, sábanas, cortinas, juguetes de marcas exclusiva etc. También perfumes, libros, juguetes y todo tipo de utensilio para la cocina están en la lista de los productos más solicitados.

Con la nueva moda de la llegada de alimentos en cajas y tanques desde Estados Unidos ahora se consigue además todo alimentos importados apto para el consumo como también otros con fechas vencidas.

 

Caos y desorden

Todos los domingos desde la 4:00 de la mañana empiezan a llegar vendedores de todas partes del país, hasta la 5:00 de la tarde que empiezan a recoger lo que no pudieron vender, el caos y el desorden convierten estas intersecciones en intransitable, repleta de basura, insalubridad, bullicio y hacinamiento.

En las áreas verdes, en las aceras y en plenas vías son colocadas pequeñas y medianas carpas que servirán de tiendas para los mercaderes ofertar sus productos.
Conjuntamente con los vehículos de los vendedores y visitantes que colman todo en entorno reduciendo los carriles de las avenidas a sólo uno, por lo cual se produce un taponamiento permanente durante todo ese día.

Como si todo esto fuera poco todas las calles adyacentes y las subidas y bajadas de los elevados son tomadas para parquear también vehículos. Quizás la falta de espacio o planificación origina que los puestos de venta estén casi uno encima de otros dejando pequeños senderos de tierra y pavimento para caminar.

Las vociferaciones de los vendedores a pleno pulmón o auxiliado por megáfonos, el murmullo de la gente, las bocinas de los vehículos y el ruido de los camiones pesados que estremecen todo el elevado cuando transitan por allí, combinado con el sofocantes calor y el hedor del ambiente, hacen de este recorrido una odisea de la que pocas personas quieran ser testigo.

Precios

Oferta, demanda y regateo son las formas para hacer negocio. Los precios dependerán del producto, la condición que este tenga y la hora de la negociación. Ya que no es lo mismo comprar a las 8:30 de la mañana que a las 4:00 de la tarde. Pantalones de hombres y mujeres tienen precios que van desde los 100, 250 y hasta 350 pesos. Camisas, t-shirt, boxer, pantaloncillos, se venden a partir de 50 pesos la unidad.
Bultos, carteras, mochilas, juguetes se venden a partir de 100 pesos, hay también más baratos. Electrodomésticos y dispositivos electrónicos se encuentran usados a un 50 por ciento menos de su valor de mercado.

Zapatos y tenis que ocupan un lugar de primer orden a la hora de venta pueden hallarse entre los 250 y 1000 pesos dependiendo de la marca y el estado de uso.
Aquí se encuentra de todo: cubertería, platos, varas de pescar, planchas, inodoros, celulares, computadoras, equipos de música, licuadoras calderos, bicicletas, radios, neveras, televisores, accesorios de carros, camas, comedores, utensilios para el hogar, la construcción, y todo tiene un precio bajo.

Orígenes

En sus inicios el mercado de pulgas comenzó en los alrededores de la estatua de Fray Antón de Montesinos, próximo al muelle de Santo Domingo en el año 1986, y no era más que una especie bazar o venta de garaje al aire libre en donde residentes de la zona iban cada domingo a venden cosas antiguas, reliquias familiares o simplemente cualquier artículo que ya no fueran a usar.

Debido a su rápido crecimiento en donde empezaron a llegar vendedores y compradores de toda la capital pasó al Centro de Los Héroes, en la misma avenida donde está el Ayuntamiento del Distrito Nacional y en los alrededores. El ayuntamiento debió crear espacios numerados en las calzadas y aceras de las avenidas que ocuparían para minimizar el caos y el hacinamiento.

Pero el crecimiento de esta nueva forma de venta no se detenía, el mercado de pulgas tuvo que ser trasladado al estacionamiento del Estadio Quisqueya. Aquí duraría varios años hasta ser llevado al kilómetro 11 de la carretera Sánchez, entre las avenidas Luperón e Independencia, justo debajo del elevado, en donde aún se encuentra.

 

El dato

Pagos

En el mercado de las pulgas hay alrededor de 2,000 puestos fijos y cerca de mil 500 vendedores ambulantes. Los mercaderes pagan entre 100 y 300 pesos por un puesto. Hay otro gran universo que son ambulantes, esos no pagan.

Un Apunte

 Solución

Este mercado se ha convertido en  necesario para vendedores y compradores, pero el desorden y el caos deben ser frenados por las autoridades. Afectados por el mercado consideran que lo recomendable es que se le busque una solución armoniosa para que se regule la cantidad de vendedores a manera que las vías y áreas verdes sean respetadas.

 

El Nacional

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