Las aspiraciones presidenciales desatan los demonios en los partidos políticos, internos y externos. Eso me lo dijo Gedeón Santos hace un tiempo y desde entonces comencé a tomar con pinzas todas las declaraciones de candidatos, así como de los adversarios.
No importa las propuestas que enarbole ni tampoco lo que haya realizado, el papel de los adversarios será siempre minimizar los hechos, y en ocasiones buscar la quinta pata del gato.
El tema ahora son las visitas improvisadas que viene haciendo el presidente Danilo Medina a diferentes rincones del país, a fin de llevar soluciones algunos de los problemas de esas comunidades.
La situación ha provocado ronchas en algunos sectores de la sociedad, especialmente a los ligados a los quehaceres políticos, en los que no tienen nada que ofertar a los electores para los comicios del próximo año.
Cada visita del presidente Medina significa para una comunidad, la solución de varios de sus problemas
Las criticas han llovido por doquier, como es de esperarse faltando sólo nueve meses para los comicios del próximo año, pero, pero como dice la canción “criticas nada más”, sin una propuesta anexa.
Gedeón, que fue el artífice de la reelección, siempre estuvo claro y en cada oportunidad advertía en su entorno que se acercaba la época de los ataques despiadados y que debían de estar preparados.
Ahora son contra Danilo, que es el candidato, pero de seguro se extenderán hasta gente de su entorno, a los que no escapará el licenciado Santos.
Los ataques despiadados vendrán desde la oposición, pero también de sectores internos que ambicionan posiciones que ocupan otros de sus compañeros.
El presidente debe estar preparado y forman una coraza contra los que afuera y los de adentro, pero al mismo tiempo seguir llevando soluciones al campo, porque al final eso es lo que recordará la gente, que es lo que cuenta
