Opinión

Libros y lecturas

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El milagro AGN

¿Por cuál razón, el ambiente que se percibe ahora cuando se llega al Archivo General de la Nación es tan radicalmente distinto al que sentíamos hace 20 ó 25 años en la misma institución?

Para entonces, y nosotros éramos de los que visitábamos sus raídas instalaciones, el descuido, el abandono y la falta de rigurosidad profesional, eran la norma.

Para el tema de que se ocupa esta columna, la labor editorial del Archivo General de la Nación, producto de una labor de investigación previa de su cuerpo de historiadores locales e internacionales, es impresionante y modélica.

¿Cómo se ha logrado multiplicar los títulos que salen nuevos mensualmente, con ensayos e investigaciones de altísimo rastro, a cargo de historiadores tanto del país como de otras latitudes, con énfasis en los del Caribe?

¿Cómo, con tan limitados recursos, la producción editorial – renglón que demanda muchos recursos- se ha visto crecer a estos niveles?

El truco está en que en en el AGN, nadie está “buscando lo mío”.

El presente Archivo General de la Nación representa en realidad un modelo de gestión de avanzada para la República Dominicana como concreción de una dimensión en la cual la ética viene dada por el nivel de consciencia, y desarrollada por cuadros técnicos y profesionales de primer nivel, y que no resulta nada casual que entre muchos de los principales ejecutivos sean o hayan sido dirigentes, militantes o cuadros de la muy denunciada “izquierda radical”.

¿Cómo ha sido posible multiplicar la producción de libros sobre el eje de la historia, en una institución que 20 años atrás era una cenicienta del tren oficial del Estado y que incluso era objeto de depredación, deterioro y recorte de sus fondos documentales para llegar a ser hoy una institución modélica que ve multiplicar sus servicios, la calidad de los mismos y que ha cambiado por completo su relación con la clase investigadora, los escritores, los estudiantes y los usuarios y usuarias que acuden a lo que es ahora un paraíso para la investigación y el rastreo documental?

El modelo de gestión del AGN tiene que ver con su liderazgo, a cargo de un intelectual de ideas revolucionarias y libertarias, Roberto Cassá, quien incluso se ha enfermado por el excesivo trabajo y las largas jornadas a que voluntariamente se ha sometido para dar el ejemplo a un equipo que bien puede ser considerado como de matiz heroico-laboral.

Lo que nunca se ha dicho, al analizar la eficiencia de esta institución cultural es que su secreto parece estar en una combinación de elementos ideológicos-profesionales : la selección de un equipo fundamentalmente proveniente de la izquierda, completamente identificado con la verdad histórica, comprometido con la defensa, conservación, clasificación y puesta en uso del patrimonio documental del país; la preparación profesional de ese equipo, casi todos provenientes de una izquierda que si fuese a ser juzgada por el trabajo en el AGN, debía merecer muchas veces el poder público del país, al dar connotaciones de gestión responsable.

El Nacional

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