CINCINNATI.- El zurdo Francisco Liriano hizo todo para los Piratas en la victoria 7-3 sobre los Rojos en el Great American Ball Park la noche del martes.
Desde el montículo, Liriano lanzó seis entradas sin permitir anotaciones y ponchó a 10. Desde el plato, disfrutó del primer juego de hits múltiples de su carrera. Él anotó desde segunda por un doble, agitando los brazos mientras corría tan rápido como los Piratas lo han visto correr.
“Si usted quiere llamar eso rápido”, intervino el jardinero central Andrew McCutchen.
Bromas aparte, los Piratas no podrían haber pedido mucho más de Liriano, ya que ganaron su juego 82 de la temporada – y su número 12 en sus últimas 13 visitas a la lomita.
A pesar de lo bien que Liriano lanzó, el punto culminante de su noche llegó en la tercera entrada. Con cuenta de 3-1 contra el novato derecho de los Rojos Raisel Iglesias, Liriano le hizo swing a un lanzamiento afuera y tan alto que estaba básicamente en sus hombros.
“Estaba alto y afuera, pero no sé, me gusta ese lanzamiento”, dijo Liriano, quien tenía prestado el bate de Pedro Álvarez. “Sólo tratando de poner la bola en juego y ayudar a mi equipo a ganar algunos partidos”.
Él hizo exactamente eso, pegando un doble por regla al canal entre los jardines derecho y central para abrir la tercera entrada.
El siguiente bateador, Gregory Polanco, pegó un sencillo arrastrado a terreno corto del campo jardín derecho y Liriano vio la señal del coach de tercera base Rick Sofield.
“Yo estaba como, ‘¡Alto!'”, dijo McCutchen. “Sofield estaba claramente viendo algo que yo no hice”.
De hecho, Liriano anotó con facilidad, el primer golpe en lo que resultó en un inning de cinco carreras para los Piratas.
¿Qué les ayudó a romper contra Iglesias?
“Liriano. Creo que podría haber sacudido a Iglesias un poco, honestamente”, dijo McCutchen, quien despachó un jonrón de tres carreras por la derecha más adelante en el inning. “Oigan, es contagioso. Fue un cambio de eventos para nosotros”.
