Si bien es cierto que el problema económico afecta mundialmente, no menos cierto es que nos hemos transformado en un mundo inseguro. ¿Podríamos, como país, ser la excepción? Claro que lo sentimos más en los últimos 50 años de democracia, porque durante la dictadura de Trujillo todo estaba en manos de su familia, cual finca propia; solo robaban sus dueños y el particular era eliminado.
Luego llega el PRD con el ensayo democrático del profesor Juan Bosch, a quien tumban cruelmente y fuimos víctimas de otra intervención extranjera. No ha intervenido una sentencia reparadora porque, lamentablemente en nuestro país nunca hemos tenido la suerte de recibir justicia y aplicación de la ley cuando intereses extranjeros o nacionales han cometido desafueros en los gobiernos.
El registro está en conocimiento de todos, y lo peor es que los partidos no hacen lo indispensable para romper este fatal trayecto, ya que están muy divididos y desunidos irracionalmente, y ese parámetro cierra la proyección de la solidaridad, sin lo cual no se consolida ninguna acción ni ningún proyecto de nación o de país.
Afortunadamente, vimos al fogoso líder Hatuey De Camps y a Miguel Vargas, presidente del PRD, en procura de dinamizar las cosas entre sus partidos. También observamos la salida de Luis Abinader y la intención de Neney Cabrera y el encuentro del expresidente Hipólito Mejía con el presidente Danilo Medina, quien se reuniera a su vez inclusive con Vargas Maldonado, el cual declaró que está abierto a hablar.
Esto rompe el trayecto de parálisis en el círculo opuesto, mientras el pueblo forra sus casas como cárceles cuidándose de la inseguridad, especialmente con el último coletazo del huracán, porque en los últimos días la delincuencia ha hecho estragos dejando afectadas células de todos los lados, incluyendo militares como el comandante Alcántara, de nuestra aviación militar, células de nuestra farándula como la esposa de Cuquín Victoria, el Comediante Margaro, Socorro Castellanos, Merimer y otros en cadena.
Todo esto ha precipitado la importante medida presidencial al ordenar los servicios de seguridad integrados de militares y policías.
En este sentido, consideramos importante nutrir de equipos y estímulos salariales a nuestros militares que enfrentan la delincuencia. Consideramos que la superioridad haga una depuración, de forma que los militares sean mejor distribuidos. Cuando desempeñé funciones diversas ministeriales y diplomáticas recuerdo que se nos proveía un chofer y un asistente, pero la costumbre de contar con más militares, aparte de los indicados, para las oficinas, las salidas, las propiedades, imposibilita que los militares y policías disponibles alcancen. Eso hay que resolverlo.
Nos unimos de corazón a los homenajes rendidos al inmortal poeta Pedro Mir.
