Opinión

Lo que no se ve

Lo que no se ve

Leonel Fernández se va del Palacio Nacional con un blindaje de acero que nadie, ni siquiera Danilo Medina, a quien hizo presidente de la República para evitar contratiempos en los tribunales, podrá tocarlo, ni impedir que intente volver al poder dentro de cuatro años.

(Leonel intentó, por diversas vías,  negociar impunidad y complicidad con Hipólito Mejía. Si el candidato presidencial del PRD hubiera hecho un pacto secreto con Leonel para impedir que Danilo  ganara las elecciones, como el que hizo Miguel Vargas con Leonel para que Hipólito no ganara, hoy sería el presidente electo.  Pero Hipólito, contrario a lo que hizo Miguel,  no quiso negociar con Leonel).

Leonel no quería a Danilo de presidente de la República. Leonel deseaba que Hipólito fuera el presidente de la República porque su liderazgo dentro del PLD no estaría en riesgo.

Si fracasa Danilo fracasa el PLD. Fracasa Leonel y frustra sus  aspiraciones de volver al gobierno. El líder de la oposición no será Leonel, lo es, desde ya, Hipólito. Esa es una de las razones por las cuales Leonel quiere, utilizando a Miguel Vargas, destruir o dividir al PRD.

Usted, amable lector, no lo sabe, pero Hipólito le devolvió a Leonel más de un “papelito”, más de una carta sellada y ultrasecreta.  Despachó a más de un mensajero con las manos vacías y un no rotundo. Esa actitud fue la que unificó alrededor de Danilo, a Leonel y su gente.

Si Hipólito hubiera pactado con Leonel y su equipo, hoy fuera presidente electo. No le habrían robado las elecciones.  Algunos ministros vinculados con la corrupción estaban dispuestos a invertir sumas incalculables en la campaña electoral a beneficio de Hipólito. Pero el candidato del PRD no quiso ese dinero. Al contrario, amenazó con enviarlos a los tribunales.

Ante esa disyuntiva, el dinero lo gastaron  a favor de Danilo.  Hipólito no les dejó opción.  Danilo se convirtió, para los corruptos del Palacio, en el cambio seguro.

De todos modos es bueno esperar. A Leonel y su gente el tiro les puede salir por la culata.

El Nacional

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