La irresponsable, la olvidadiza, liviana y liberada, terrible y orquestada, maldita casi puñal, no parece, la poesía, un buen ejemplo. Nada de compromiso. Es el alma de las cosas y de la gente. Isis Aquino, por ejemplo, hace poesía para sus demonios, para nada, solo por gusto o por locura, es poeta y se arroja irracional a sus alturas graves, profundas.
La época rinde culto a lo ligero, a la inmediatez, a pantallas enormes en la avenida. Los libros son electrónicos y los teléfonos inteligentes, y las casas cada vez tienen menos paredes, menos lugares donde estar; pero por más pequeñas que se vuelvan la poesía libera el mundo de su tiempo y sus ideas. La de Isis es un metal líquido y nocturno, nubes adoloridas componen sus versos, llueve despacio pero violento, decidido. Su verbo es, me duele; su canción, mis mil heridas nuevas, por donde sangrar, solo por escucharlo, solo por la belleza de decirlo. Porque la poesía es libertad suprema.
Isis Aquino nació en Santo Domingo el 25 de octubre de 1986, es del signo Escorpio y sobresale como una de las poetas de su tiempo, y su ciudad, madre suicida de las paredes rancias de la colonia o de las torres del Naco. Ha publicado el poemario Quod Scripsi, en 2011. Es también narradora y gestora cultural, fundadora del Circulo Literario El Viento Frío, sus poemas y cuentos han sido varias veces premiados, y aparecen en revistas físicas y electrónicas. Su vocación, nocturna.
Los advenedizos
(de Isis Aquino)
Juntos transitamos
por las estaciones del delirio
Recitamos el credo del alcohol y entonamos el réquiem del
cigarro perdido
Buscamos el elíxir y la piedra en todos los adoquines del
parque anochecido
Mientras las musas tenían sexo anónimo
con los muchachos vestidos de negro
Creamos una alquimia de la estética
y el mundo parecía vasto
pero no lo suficiente para albergar los placeres
que soñamos
mientras el hielo se derretía bajo las botas enlodadas
Eso era mientras ustedes
miraban boquiabiertos sus primeros reality shows en MTV
Y sus ojos resplandecían ante los primeros capítulos
de una novelita cualquiera de Paulo Coelho
Entre tanto,
nosotros domamos todos los metales de la noche
la hicimos nuestra en una orgía de acordes en vilo
bebimos discretamente del manantial de los vinos
que inducen a los versos desgarrantes del absurdo
(Unos, conjugaron al lienzo su sangre y sus demonios
otros, escribieron con tintas de luz
en la madrugada insular del abandono
—estos, que se vieron atormentados por las sombras del
desierto
y bordearon con su pluma
la sombría ribera de la laguna Estigia,
que en busca del fonema perfecto
hablaron en lenguas inauditas,
y que su sed de Belleza los condujo la locura orgiástica
de una eterna duermevela,—
estos han legado sus páginas como herencia a los mortales)
Y ustedes
que traen el saco listo para robar la presea
prestos a hurtar el fuego de los dioses
(solo por un profundo terror
a la oscuridad de sus almas),
mientras ustedes perdían la cabeza
por los filmes de Spielberg
y se desvelaban por el último álbum de Mariah Carey
nuestra sangre corría por todos los contenes
de esta ciudad estoica
Nadie escuchaba los aullidos de dolor ante la idea rota
y la página no en blanco, ya negra de tantas pesadillas
Tantos minotauros hambrientos
y terroríficas medusas
tantos carontes que quisieron llevarnos en su barca
tantos latigazos que forjaron
esta generación de ángeles caídos
cuyos laureles (luego de ver clarísimo el Averno),
no serán usurpados por ustedes
a los que aún les quedan lágrimas
para llorar la muerte de un chihuahua
Los que se reflejan en los espejos todavía
los que son de un linaje quejumbrosamente lejano
de otra estirpe
los que no firman sus obras con sangre.
Día
(Isis Aquino)
Este es el momento del día
en que me siento más sola
El café de la tarde
El cigarrillo huérfano de razones
para consumirse con placer
Es en este momento del día
en que más pienso en ti
en los procesos incoherentes del aura
en los círculos silentes
en los sortilegios que me faltan
Los oscuros conjuros de un ayer
demasiado reciente
Mis pies cansados y mi pluma somnolienta
mil libros iracundos de nostalgia/polvo
Y las mínimas plegarias de las horas
Necesito sentir alas en mi espalda
las esquirlas de abandono en mi abundancia
Fecundidad de hoja blanca
la catarsis onírica del tiempo
cuando las cosas no son cosas sino espejos y
las palabras desesperan
porque no son encontradas
en el exacto segundo de su muerte
para nombrar el camino que conduce
a este momento del día en que muero
de alegría/nostalgia
muchedumbre
de legiones de conceptos inverosímilmente tangibles
Pensando si será cierto que alguna vez
fui deidad terrible
Y ahora de mí quedan despojos de versos.