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Los Cardenales esperan otro año consistente de Yadier Molina

Los Cardenales esperan otro año consistente de Yadier Molina

SAN LUIS, EE.UU, Mlb.com.- Aunque el núcleo de jugadores de los Cardenales está tomando una apariencia más juvenil, el pelotero con más años en la organización sigue siendo su pilar. Hablamos del puertorriqueño Yadier Molina, quien se alista para ver acción en su 14ta campaña por los Cardenales en el 2017.

Molina ha sido la piedra angular de esta franquicia por años, pero el 2017 trae detalles bien interesantes para el talentoso receptor. Molina está por arrancar el último año garantizado de su contrato, y tanto él como los Cardenales han expresado interés en negociar una potencial extensión.

Para los Cardenales, la parte más complicada de esas negociaciones probablemente será determinar qué tanto estarían dispuestos a invertir en un cátcher que cumplirá 35 años de edad en julio. El ascenso y potencial del joven receptor Carson Kelly viene a complicar aún más la decisión. Y mientras que nadie debate lo valioso que Molina ha sido para esta franquicia desde 2004, la realidad es que el boricua eventualmente experimentará una baja en su desempeño.

Los Cardenales, sin embargo, se sienten optimistas de que dicho declive no llegará esta temporada. Molina viene de un año en el que impuso una marca personal con 142 juegos iniciados detrás del plato, que también representaron la mayor cantidad para cualquier receptor de Grandes Ligas en 2016. Cuando se le preguntó si sería más cauteloso con la carga de trabajo de Molina esta campaña, el manager Mike Matheny pronosticó más de lo mismo.

“Mi deber como timonel es ganar juegos”, expresó Matheny el mes pasado. “Y si cuento con un jugador que yo creo nos ayudará a ganar partidos y que yo siento cumplirá con cada llamado, seguramente estará en el lineup”.

Molina se ganó el voto de confianza continuo de su capataz tras igualar su durabilidad con una sólida producción ofensiva el año pasado. No sólo el boricua pudo mantenerse sano, sino que Molina surgió como uno de los bates más consistentes de los Cardenales en la segunda mitad. Su promedio de bateo de .365 después del receso por el Juego de Estrellas fue el segundo mejor en las Mayores.

Es más, Molina finalizó la temporada encabezando a todos los cátchers en promedio de bateo (.307), imparables (164) y dobles (38).

“Esa es la meta. Esa es la meta”, exclamó Molina acerca de su consistente producción ofensiva. “Para eso trabajas duro en el invierno, cuando entrenas propiamente las cosas se te dan. Ese es mi plan durante la temporada muerta: Trabajar duro y tratar de jugar la mayor cantidad de partidos posibles y mantenerme en salud”.

La capacidad de Molina de sacarle el mejor provecho al cuerpo de lanzadores a lo largo de la campaña lo ha convertido en el jugador más indispensable e irremplazable en un equipo de los Cardenales que ha llegado a la postemporada nueve veces desde que Molina debutó en la Gran Carpa. Su continua enseñanza será invaluable especialmente para los brazos jóvenes como los dominicanos Carlos Martínez y Alex Reyes, ambos de quienes se espera lideren la rotación de San Luis por muchos años.

Molina ha dicho que se siente motivado por el hecho de que no pudo ganar su noveno Guante de Oro consecutivo el pasado otoño. El declive de Molina en su porcentaje de corredores atrapados tratando de robarse una base (21% en 2016) fue factor determinante entre los votantes.

Todo esto – el tiempo de juego, su estado contractual y el intento de desafiar el tiempo – coloca a Molina de regreso en el centro de los reflectores mientras se acerca el inicio de los entrenamientos. Y la forma en que Molina responda a cada reto este año podría afectar directamente en el desempeño del equipo.

El Nacional

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