Opinión

Los otros siete

Los otros siete

Hace mil quinientos años el Papa Gregorio I confeccionó una lista de siete pecados. A partir de ahí, se convirtieron en los siete Pecados Capitales: Lujuria, Gula, Avaricia, Pereza, Ira, Envidia, Soberbia.

Fundamentados en algunas de las características de la condición humana, en la actualidad y en lenguaje civil, que no religioso, serían los indicadores que podrían servir para medir algunas de las emociones y del comportamiento de esas emociones en el ámbito personal y privado.

En el ámbito religioso, la penalización por la comisión de estos pecados es el arrepentimiento, la contrición y la confesión. Y por supuesto, la penitencia como castigo.

En el ámbito de lo personal es la actitud de rechazo o no aceptación de los demás a la expresión y exposición de esos pecados. Para algunos no son más que la expresión de una parte de la bestia que se lleva dentro.

Por supuesto estos Pecados Capitales han sido y son utilizados como una variable importante en el quehacer público. Esta utilización ha tenido y tiene grados en su ejercicio.

Parecería que una manera de actualizarse al mundo de hoy, en el 2008 la Santa Sede confecciona los nuevos siete pecados llamados Pecados Sociales:

1.-No realizarás manipulación genética
2.-No llevarás a cabo experimentos sobre los seres humanos incluidos embriones.
3.-No contaminarás el medio ambiente
4.-No provocarás injusticia social
5.-No causarás pobreza
6.-No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común
7.-No consumirás drogas.

Así como los Pecados Capitales han sido utilizados en el quehacer político, estos siete forman parte del discurso de algunos políticos y de la puesta en práctica de políticas públicas del mundo de hoy. Parecería que el nuevo Papa Francisco, apoyado en esos pecados sociales es un leal aliado.

En la Ley civil existen reglamentos que norman la aplicación de la ley. En la Ley religiosa el reglamento existente es el arrepentimiento y la confesión seguido por la penitencia a cumplir.

Se supone que al utilizar un vehículo que contamina el medio ambiente con la expulsión de CO2, se deberá rezar dos Padres Nuestros y tres Aves Marías.
¡Ofrézcome, cuántos pecadores!

El Nacional

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