¿Qué Tienen en común Mario Benedetti, Oscar Niemeyer, Roberto Fernández Retamar, Jorge Sanginés, Frei Betto, León Ferrari, Luis Britto García y Silvio Rodríguez? Son creadores vivos que han consagrado vida y obra a engrandecer el patrimonio cultural de América Latina y el Caribe, y que han contribuido a enriquecer los valores compartidos y a la vez diversos que conforman la comunidad de nuestros pueblos, favoreciendo su emancipación y descolonización cultural.
Asi lo proclama la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra America (ALBA), mediante su proyecto Grannacional Alba Cultural, el cual ha concedido por quinta ocasión los Premios Alba de las Letras y las Artes, con un monto de US$75,000 y un trofeo.
La diferencia entre estos premios y los Cervantes o cualquier otro, está en que se premia no solo el aporte artístico en si sino la trayectoria de una vida de servicio a los y las demás. Ello quedó claro en la entrega de los premios de este año, que me honré en presidir junto al argentino Vicente Battista, la cubana Vivian Martínez Tabares, el ecuatoriano Jorge Núñez, y el venezolano Edgard Páez, de la Editorial Ayacucho.
Los seleccionados fueron el crítico y escritor barbadense George Lamming, y el actor y dramaturgo colombiano Santiago García, quienes fueron distinguidos en la Sala Nicolás Guillen, de La Cabaña, con los premios Alba a la Literatura y a las Artes, en su quinta edición.
Dijo Lamming: Este premio no es solo un reconocimiento a mi trabajo personal sino al de generaciones que han impulsado la unidad entre las familias del Caribe y América Latina. Lo mismo expresó García: Lo recibo con mucho respeto y mucha alegría como un premio para todos». Yo dirijo al grupo de teatro La Candelaria, pero nuestro trabajo es una creación colectiva, palabras que explican por si solas la intención y naturaleza del Premio ALBA.
Distintas las palabras de estos hombres sabios de las de los ganadores jóvenes del premio Alba Narrativa 2011 y su correspondiente Accesit, el cual también me honré en presidir. Los laureados resultaron ser: la chilena Claudia Apablanza, por la novela Goo y el amor, y el cubano Evelio Antonio Traba, por La Concordia. Cuando los ganadores del premio anterior, que si estaban presentes en el Encuentro de Jóvenes Escritores de América Latina y El Caribe, recibieron sus premios, uno dijo sentirse más sexy por el Accesit, y el otro, desde luego, por fin reconocido en sus esfuerzos de décadas.
¿Aprendizajes? Para nosotros, que tenemos hombres y mujeres memorables en ambos campos, el tener en cuenta la existencia de este premio, que no solo nos remunera sustancialmente sino que nos pone en el mapa de escritores fundamentales de América Latina y El Caribe.

