El Día del Padre es una fecha destinada a honrar la paternidad e influencia del hombre sobre sus hijos, siendo la figura paterna no solo el padre sino todo el que la ejerza.

Pero ser padre no es una tarea fácil, afirma la psicóloga Karem N. González, y menos aun cuando no existe una preparación para ello. Es una tarea que se ejecuta por mero instinto. Nadie enseña a ser padre y nadie puede enseñar lo que enseña un padre.

En estos días de tantos desafíos, vicisitudes y cambios, ¿qué significa ser papá?
“Ser padre significa cercanía, ser patrón de lo masculino, ser ejemplo de amor, responsabilidad y confianza”, dijo la psicóloga, agregando que la figura paterna es sinónimo de complicidad y autoridad, es el modelo de identificación de los niños y modelo de relación de las niñas.

Este rol es muy demandante, ya que es el encargado de disciplinar, de ser amigo y mediador en la armonía familiar, pero también es el protector y quien vela por la seguridad de todos.

Con los cambios actuales, el rol del padre no se limita a proveer económicamente. En una sociedad donde cada vez menos rinden los chelitos, los roles parentales debieron ser reestructurados, redefiniendo a papá.

Según González, quien tiene su consulta en el Centro Vida y Familia, uno de los principales retos de la paternidad moderna es romper los patrones previamente establecidos sobre la masculinidad.

“No se pierde la masculinidad por cooperar en los quehaceres domésticos, como tampoco por participar en el cambio de pañales. Ser un papá moderno implica adaptarse a la necesidad de los hijos, cubriendo con responsabilidad y amor lo que requieran en el momento, un padre moderno debe ser flexible”, afirmó.

“Anudado a los cambios de la sociedad de hoy, es necesario mencionar los cambios en la constelación familiar por reagrupación, es decir, cuando se incluyen los hijos de un matrimonio anterior. El padre moderno debe instar a conseguir una complicidad, un respeto a la nueva autoridad construida sobre la base de la confianza. Debe ser flexible frente al proceso de adaptación de los nuevos integrantes y del proceso mismo de reestructuración y redefinición familiar”.

Ejemplifica que otro de los tantos retos del padre moderno es la migración: salir de su zona de confort a fin de conseguir un mejor porvenir para los suyos. En estos casos es importante recalcar que cumplir con el rol no es solo saciar las necesidades afectivas con objetos.

Una llamada, una felicitación oportuna, incluso un regaño a tiempo, son señales de amor valiosas. Significa involucrarse afectivamente en la vida de los hijos.
Por último, de los principales retos del padre moderno es brindar a sus hijos una salud emocional óptima, permitiendo el espacio a expresar y vivir sus emociones sin prejuicios ligados al sexo, preferencias, ni comparaciones. Un padre moderno permite dar y recibir amor.